Matrimonio Concertado (kokonoi Hajime x Inui Seishu)

Nomeolvides

"Ella parece sospechar

Parece descubrir

En mi debilidad

Los vestigios de una hoguera"

Gustavo Cerati

La salida de la casa de campo fue bastante rápida. A los Inui los enviaron primero, apenas pudo despedirse de kokonoi con un beso en la mejilla antes de que ya lo hubieran arrastrado al auto. Su hermana llevaba la tortuga en una pequeña caja con agujeros, y sus padres iban tensos. La razón era obvia, su desmayo, pero no lo van a hablar, al menos hasta que no lleguen a su casa. El viaje es cansado. Cuando finalmente llegan solo duermen, aún no hay charla. Seishu envía un mensaje a Kokonoi para informarle y luego se duerme. La mañana siguiente, durante el desayuno y con la seguridad de que ningún empleado está escuchando se inicia la conversación.

Akiko suspira — estás enfermo —.

— ¿Lo que tu madre quiere saber es si te sientes enfermo o has sentido signos de una enfermedad? —.

— Solo fue un desmayo, aunque me dolió la cabeza después — Está mintiendo, prefiere ignorar algunos hechos frente a sus padres, con la única que puede hablar de las "visiones", como las clasifico, es con Akane, sus padres prácticamente se erizan cuando les mencionan el incendio.

— ¿Dolor de cabeza? ¿Has tenido migraña o dolores demasiado fuertes? —.

— No —.

— Debemos llevarte al hospital — dice la mujer.

— Luego del matrimonio, es en 15 días, se supone que esta semana es en la que elegimos hogar con Koko —.

— ¿Koko? — La mujer abre los ojos. Los recuerdos se le arremolinan uno sobre otro, acompañados por la voz de un niño pequeño repitiendo el apodo sin parar.

El hombre suspira. Se levanta. La empuja un poco y se acerca a su hijo quitándole de esta forma el foco de encima a su esposa, al menos el de Seishu, su hija aún la observa por el rabillo del ojo — mira, si estas enfermo nos lo tienes que decir, entendemos que tienes mucho ahora pero después del matrimonio debes prometer que iras a realizar un chequeo —.

— Sí, no será mucho tiempo teniendo en cuenta que no tienen luna de miel — dice la mujer.

Seishu y Akane abren los ojos — ¿Como que no hay luna de miel? — No es que Seishu ame este matrimonio, pero un hotel lujoso, con sol, bebidas y jacuzzi no le molestaba en absoluto.

— Que bueno que no me casé yo — dice Akane comiendo su tostada.

— Y comenzamos, ya sabía yo que debía tener algo malo, tacaño — se queja Seishu. Es raro, se supone que los hombres de los clanes no escatiman en gastos para sus cónyuges, pero a él lo van a meter a una estúpida casa sin luna de miel.

— Ni te quejes tu padre me llevó al hotel del centro de la ciudad y me prometió que luego iríamos a la luna de miel, nunca fuimos —.

— Te dije que luego iríamos —

— 30 años y aun sigo esperándolo —.

— Como decía, Seishu tu madre y yo esperaremos hasta después de la boda y luego necesitaremos la información de tu estado de salud — dice para dejar el tema de la luna de miel.