—Y como no dejaba de recibir sus llamadas pues lancé el teléfono al piso y se rompió.
—Creo que no fue la forma más adecuada.
Ambos rieron.
—Lo sé pero ya me tenía harto, te juro que estuve a punto de contestarle y gritarle cuanto lo odio... Pero eso hubiera alertado a todos y no quiero que sensei se entere de estas cosas.
—Es mejor que sólo lo olvides y ya, no necesitas darle explicaciones, creo que debe tener más que claro porque lo odias y si no es así pues que se joda, que se quede con April y deje de molestar— Decía Leo bastante enojado, la verdad le disgustaba mucho haber oído que Casey le llamó todo el día a su amigo, además qué Rapha le contó que no había sido la única vez, varios días había estado igual de insistente pero no tanto como este día.
Pasaron varios minutos platicando, caminando y brincando entre los edificios qué había por ahí.
—¿Entonces ellos piensan que tenemos sexo todas las noches? Y yo que creía que eran los más inocentes.
—Mikey es quien me sorprende, él es quien anda diciendo eso, me preocupa que ande en esa edad difícil y vaya y se meta con alguien que no deba.
—No creo, lo he visto varias veces quedarse mirando a Donnie como si estuviera hipnotizado— El rojo se sentó junto a una antena de televisión, viendo como Leo se sentaba junto a él.—Creo que esta algo obsesionado con Donnie, por eso le habla tanto sobre sexo, tal vez se lo quiere tirar y Donnie no entiende la indirecta.
—¿Tú crees? Son muchas conclusiones si sólo lo has visto mirándolo atontado.
—Lo sé pero me gusta pensar eso, me gusta pensar en Donnie dudando de su sexualidad cuando Mikey se le insinúa— Decía Rapha para después reír.
Leo se rió también y después se le quedó mirando, no pasaron más que unos segundos cuando ambos ya estaban besándose mientras se tomaban de la mano. Se sentían plenos estando así, nada les hacía falta estando juntos, sin embargo, el gusto les duró muy poco.
—¿Rapha?
El mencionado se separó de Leo de inmediato al escuchar esa voz. Se levantó con una cara de completa molestia, acercándose a quien le habló para darle un empujón.
—¿Qué mierda quieres, Jones? ¡Ya te dije que no te quiero ver!— Le gritó mientras lo empujaba, estaba muy molesto pero, todo ese enojo era tristeza transformada en rabia, por lo que las lágrimas no tardaron en aparecer en sus ojos.
—Casey por favor vete, no queremos problemas ahora.—Decía Leo acercándose, tomando a la otra tortuga del hombro para alejarlo un poco.
—Tú no te metas nardo, no es asunto tuyo— Le dijo Casey acercándose para apartarlo y que dejara de tocar a Rapha, pues, a pesar de engañarlo todo el tiempo, seguía sintiendo celos de cualquiera que se le acercase.
—¡No le hables así!— Rapha sacó sus Sai, lleno de ira y dispuesto a todo con tal de ahuyentar al humano.
—¡Ya calmate! ¿Porqué siempre eres tan dramático? Sólo quiero hablar contigo, sólo quiero que arreglemos las cosas, por favor Rapha, deja tus lloriqueos de una vez.
—¿Lloriqueos? ¿Es enserio Jones?
—¡Qué no te metas Leo!
Rapha respiraba agitado, mordiendo su labio inferior, guardó sus Sai y se acercó a Leo para tomar su mano.
—Vámonos Leo, es un idiota, no vale la pena.
—Uh, que rápido me reemplazaste ¿No? Si te lo ponchabas al mismo tiempo que yo me ponchaba a April.
Eso molesto aún más a Rapha, quien soltó a Leo y volteó a ver a Casey, pegándole una bofetada que lo tumbó al piso.
—¿Cómo te atreves a insinuar qué soy igual de mierda qué tú? Eres un imbécil Casey, no vuelvas a buscarme porque no me interesa escuchar una sola palabra tuya, quédate con April o con quien mierdas quieras y dejanos tranquilos.
Casey se quedó ahí en el suelo unos minutos, sintiéndose humillado. Se levantó y le lanzó una mirada de odio, dándose vuelta para irse de allí.
—Rapha... ¿Estas bien?— Preguntó Leo acercándose a su amigo para mirarlo, notando como este lloraba en silencio y apretaba con fuerza sus puños.—Rapha... Ven-
En cuanto dijo aquella palabra Rapha se dio vuelta y lo abrazó, llorando con más fuerza y escondiéndose en el cuello de su amigo.
—P-Perdón por no defenderte mejor es que... No sabia que hacer yo... No esperaba encontrarmelo, yo...
Raphael recibió un beso en la mejilla y un apapacho por parte de Leonardo, quien se separó de él para sonreírle y y limpiar sus lágrimas.
—No te preocupes por esto, yo soy quien debió defenderte mejor pero no importa ¿Si?— Besó sus labios, besando su frente después —Vamos a casa, nos acostamos en la cama, nos besamos y nos olvidamos de esto ¿Esta bien? No tienes que preocuparte por Casey nunca más, si vuelve te aseguro que seré yo quien le de su merecido a golpes si es necesario.
Rapha mostró una sonrisa y asintió, dándole la mano para que pudieran irse de ahí y volver a casa. Una vez llegaron hicieron lo planeado, se acostaron, se dieron algunos besos y, cuando estaban a punto de dormir Rapha empezó a llorar de nuevo.
Leo sabia cuanto le dolía todo lo que estaba pasando, y sobre todo, cuanto le habían dolido las palabras de Casey, sabia que ese chico solía ser cruel con él pero no lo imagino tan cruel, tan cínico y descarado. Sabía que debió haberle dicho algo pero, no le dio tiempo si quiera de abrir la boca, todo pasó muy rápido.
—Rapha por favor no llores, todo esta bien ahora, Casey no volverá a hacerte daño, yo estoy contigo, yo te voy a cuidar ¿Si?
—E-Es que no necesito que me cuides de él yo sólo... Necesito no volver a verlo nunca en mi vida, necesito que se pudra y no se me vuelva a acercar, eso es lo que necesito, verlo me da asco, se me revuelve el estómago de sólo pensar en él.—Decía entre llanto, tapando sus ojos con sus manos, respirando agitado y sintiendo como cada vez perdía más el control sobre si mismo.
—Me encargaré de que no vuelva a molestarte nunca ¿Si? Si es necesario cortar todo contacto con April también lo haremos, te han hecho mucho daño, sólo mirate, estas destrozado.
—Lo sé, soy patético.— Se sentó sobre la cama, llorando de una forma un poco más desesperada.— N-No te imaginas cuanto duele, tantos meses con él, dándole todo y así es como me paga, siendo una mierda incluso cuando ya no estamos juntos.
—No eres patético.— Se sentó a su lado, tomando su hombro y acariciandolo — No es tu culpa haberlo amado con tanta intensidad, es su culpa no haberte sabido valorar ni cuidar. Ya no dejaré que se te acerque ¿Si precioso? Tú tranquilo.
Le acarició la mejilla, viendo como Rapha sonreia suavemente y volteaba a verlo.
—¿Cómo me llamaste?
—Precioso... ¿No te gusta?
—Si, si me gusta.— Se volteó para abrazarlo—Sólo que nunca me habías dicho así y me sorprendió un poco.
Leo sonrió y soltó una suave risita, acariciando la cabeza de su amigo, dándole un besito después de eso. Rapha le sonrió aunque minutos después empezó a llorar nuevamente, sabía que iba a ser difícil.