Enfocándose en el proceso

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Los días avanzaban con rapidez mientras el torneo se acercaba, y el dojo de Cobra Kai seguía siendo el centro de atención para todos. La intensidad de los entrenamientos no daba tregua, y Tori se encontraba inmersa en su rutina diaria. Cada sesión era una oportunidad para perfeccionar su técnica, y Kwon se había convertido en un constante observador, ofreciendo consejos y correcciones.

Una tarde, después de una serie de ejercicios extenuantes, Tori se encontró en el suelo del tatami, tratando de recuperar el aliento. Kwon estaba cerca, trabajando en sus propios movimientos mientras mantenía un ojo atento en el grupo. Al notar que Tori estaba descansando, se acercó con una expresión concentrada.

—Vamos, Nichols, no te relajes demasiado —dijo Kwon, su voz firme pero sin la frialdad habitual. —Recupera el ritmo.

Tori levantó la mirada, una mezcla de cansancio y determinación en sus ojos. —No me estoy relajando. Solo necesito un momento.

Kwon se detuvo frente a ella, observando su rostro con una intensidad que Tori encontraba difícil de descifrar. —Lo sé. Pero el tiempo se acaba, y cada minuto cuenta. Si quieres avanzar, necesitas mantener el enfoque.

Ella se incorporó lentamente, estirando los músculos adoloridos. —¿Tienes algún consejo específico para hoy?

Kwon asintió, señalando un rincón del tatami. —Sí, he notado que tu postura en las patadas laterales tiende a desmoronarse cuando estás cansada. Vamos a trabajar en eso. Quiero ver cómo mantienes la estabilidad incluso cuando te sientas agotada.

Ambos comenzaron a practicar juntos, el silencio entre ellos solo roto por el sonido de los movimientos precisos y el leve roce de los pies contra el tatami. A pesar de la naturaleza directa de sus interacciones, había algo en el aire que hacía que la sesión de entrenamiento se sintiera diferente. Cada corrección y cada indicación estaban impregnadas de un entendimiento mutuo que no necesitaba palabras.

En una pausa, mientras Tori ajustaba su postura, Kwon se acercó y le mostró cómo mejorar su técnica. Sin darse cuenta, Tori comenzó a sincronizarse con él, sus movimientos se volvieron más precisos y fluidos. Había algo casi coreográfico en su colaboración, un equilibrio entre guía y ejecución que parecía natural y fluido.

—Eso es mejor —dijo Kwon, observando el progreso. —Pero aún hay margen para mejorar.

Tori asintió, sintiendo una pequeña ola de satisfacción por la mejora. —Gracias. Aprecio que estés aquí para ayudarme.

Kwon la miró durante un momento, un destello de algo en sus ojos que Tori no pudo interpretar completamente. —Solo quiero que estés en tu mejor forma para el torneo. Nada más.

Mientras continuaban entrenando, la química entre ellos se hacía cada vez más evidente. Cada corrección se volvía un paso más hacia una conexión tácita que parecía ir más allá de las simples instrucciones. La manera en que Kwon la observaba y la forma en que Tori respondía a sus indicaciones mostraban una coordinación que no era meramente técnica, sino también una expresión de un entendimiento compartido.

La práctica concluyó, y Tori se tomó un momento para recuperar el aliento. Kwon se acercó, dándole una ligera palmada en el hombro, una muestra de aprobación inusual pero bienvenida. —No está mal para un día de entrenamiento. Sigue así.

Tori le lanzó una sonrisa cansada pero agradecida. —Haré lo que pueda. Gracias por la ayuda.

Kwon asintió, devolviendo la sonrisa de una manera casi imperceptible. —Es lo que hacemos aquí. Nos ayudamos a mejorar.

Mientras el día llegaba a su fin y los estudiantes se retiraban del dojo, Tori y Kwon compartieron una última mirada antes de separarse.

𝔄𝔩𝔪𝔞𝔰 𝔡𝔢 𝔠𝔬𝔪𝔟𝔞𝔱𝔢-𝔉𝔞𝔫𝔣𝔦𝔠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora