Yes, My lord (Kookmin +21)

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Amo el olor a desesperación...

Pero ¿A que huele?

A dolor, a necesidad, a tristeza, a odio, sin duda de mis aromas favoritos. Es como el mejor de los manjares, notar la sensación de esa persona ante el sentimiento que no puede controlar. Aun mas viniendo de un alma tierna y pura.

Un ser cuidado con delicadeza, un alma pura que nunca fue corrompida, criada con amor lejos de la maldad, quince años lejos de la oscuridad, tan solo esperando por mi.... Casi puedo saborear su dulzura.

Las risas a su alrededor, junto con las personas brindando como si no existiera. El ahogado en llanto, cansado, casi muerto, lleno de heridas, ultrajado, sodomisado, torturado y obligado a pasar literalmente por un infierno.

Nadie le presta atención al dulce niño que el solo hecho de llorar le causa dolor, despues de todo nadie hizo nada cuando pidió que se detuvieran. Ahora no solo emana el olor a desesperación, si no tambien algo mas, algo mas intenso que fue lo que me trajo hasta aquí.

"Alguien ayúdeme, por favor"

Entre humo y oscuridad apareci ante él, inclinándome para tocar ese tierno rostro que se ocultaba tras lo hinchado de los golpes.

—¿Ayuda? ¿Solo eso necesitas?

Las risas se hicieron mas fuertes al escuchar como uno de los sujetos en la sala se burlaba de como habían quemado a su madre viva. Los labios del pequeño se contrajeron en una mueca de odio puro.

—No, quiero que los mates a todos, quiero venganza, quiero que todos los que estuvieron en esto sufran mas que yo, los quiero destruir.

Es aquí, el punto de quiebre, donde la inocencia del chico, la pureza en su corazón se envuelve en un manto lleno de ira y oscuridad, creando el alma mas deliciosa que un demonio pueda tener.

—Se nota que eres un chico listo, puedes imaginar que esto tiene un costo, uno grande.

—No importa, toma lo que necesites, solo cumple mi deseo.

—Si, mi señor...