Cuando Kwon se encontró con Da-Eun, ella lo miró con una mezcla de severidad y preocupación. Sabía que la conversación no sería fácil, pero no esperaba que la verdad fuera tan dura.
—No puedes estar con Nichols. —Comenzó Da-Eun, su tono impersonal. —Lo sabes tan bien como yo. Una vez que el torneo termine, tendremos que regresar a Corea. Tu objetivo aquí sigue siendo el mismo. No puedes permitirte distraerte.
Kwon se quedó en silencio, mirando al suelo. Las palabras de Da-Eun resonaban en su mente, pero no sabía cómo responder. Sabía que sus responsabilidades en Cobra Kai eran importantes, pero también sentía una conexión con Tori, algo que no podía y no quería ignorar. Sin embargo, las palabras de su sensei Da-Eun le hicieron cuestionar el equilibrio entre sus deberes y sus sentimientos.
Cuando la conversación terminó, Kwon se fue a su habitación sin ir a ver a Tori. La carga de la conversación con Kim Da-Eun y el dolor de su cabeza lo llevaron a encerrarse en sí mismo. El pensamiento de su futuro, sus responsabilidades, y la distancia inminente que iba a tener con Nichols le hicieron sentir que el mundo se cerraba a su alrededor. La noche fue larga y silenciosa, sin que Kwon encontrara consuelo en nada de lo que hiciera.
A la mañana siguiente, el dojo estaba en pleno caos. El entrenamiento era más intenso que nunca, liderado por el sensei Silver. La atmósfera estaba cargada de tensión y concentración, y el dolor físico parecía ser una constante para todos los estudiantes. Cada golpe, cada patada, cada bloqueo estaba impregnado de una brutalidad calculada. Kwon y Tori estaban al borde de sus límites, sus cuerpos exhaustos y sus mentes al borde de la ruptura.
Silver no escatimaba esfuerzos. Se movía entre los estudiantes con una mirada fría y analítica, corrigiendo con dureza cada error y exigiendo más de lo que muchos podían dar. Cada entrenamiento parecía más duro que el anterior, y las lesiones se acumulaban. La disciplina y la presión eran implacables, y Kwon, en particular, sentía el peso de la responsabilidad de no fallar. Sus movimientos se volvían cada vez más pesados, y el agotamiento empezaba a pasar factura.
Tori, por su parte, estaba completamente absorbida por el entrenamiento. Sus técnicas se volvían cada vez más agresivas, cada golpe resonaba con una fuerza que era tanto un escape como una forma de autoafirmación. El dolor en sus músculos era intenso, pero el entrenamiento le servía como una distracción de las dudas y el dolor emocional que sentía y callaba.
Durante uno de los ejercicios más exigentes, Kwon y Tori se encontraron entrenando juntos. La intensidad del combate era palpable, y aunque intentaban no dejarse afectar por sus emociones personales, sus movimientos se volvían cada vez más feroces. Tori lanzaba una serie de golpes rápidos y precisos, mientras Kwon respondía con una defensa sólida, sus movimientos pesados pero efectivos. El choque de sus cuerpos, la fuerza de sus ataques y el impacto de sus golpes creaban una atmósfera tensa y cargada.
La interacción entre ellos era una mezcla de agresividad y sincronía. Sus movimientos se complementaban de una manera que era casi intuitiva, una química de lucha que hablaba de una comprensión profunda entre ambos. Sin embargo, cada golpe, cada esquiva, también parecía llevar una carga emocional, una expresión de la frustración que ambos sentían por sus propias circunstancias.
Cuando finalmente terminó, ambos estaban empapados en sudor, sus respiraciones eran pesadas y sus cuerpos estaban al límite. Kwon se alejó sin decir una palabra, su mente aún pensando en la conversación con Da-Eun y las emociones reprimidas. Tori, igualmente agotada, se mantuvo en silencio, su mirada fija en el suelo mientras trataba de recuperar el aliento.
En los vestuarios, Tori se enfrentó a Kwon mientras él se preparaba para salir. El silencio entre ellos era pesado, y aunque querían hablar, sabían que las palabras no podían capturar todo lo que sentían. Kwon evitó mirarla directamente, su cabeza aún doliendo por la presión que sentía en si mismo.
Finalmente, se dio media vuelta y se dirigió hacia la salida, dejando a Tori sola con sus pensamientos y su crecientes dudas.
El día había sido un desafío en todos los sentidos, y ambos sabían que lo peor aún estaba por venir. A medida que el torneo avanzaba, las presiones se intensificaban, y el futuro de su relación se volvía cada vez más incierto. Sin embargo, en medio del caos y la tensión, una cosa era clara: la conexión que compartían, aunque complicada y dolorosa, seguía siendo una fuente de fortaleza y desafío en igual medida.
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𝔄𝔩𝔪𝔞𝔰 𝔡𝔢 𝔠𝔬𝔪𝔟𝔞𝔱𝔢-𝔉𝔞𝔫𝔣𝔦𝔠
FanfictionSus caminos se encontraron, buscando la victoria... •Torneo Seikai TaiKai• Los personajes no me pertenecen, créditos a su respectivo autor.