Capítulo 2: La Batalla de los Sentimientos

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Los días en la preparatoria parecían pasar lentamente, pero en el corazón de Tanjiro, algo más profundo comenzaba a despertarse. Entre clases y entrenamientos, sus pensamientos siempre volvían a lo mismo: Shinobu. La forma en que lo miraba, su sonrisa calmada y su manera de siempre encontrar las palabras adecuadas lo dejaban confundido, algo que nunca había experimentado en las intensas batallas contra los demonios.

Una tarde, durante el almuerzo, Tanjiro se sentó bajo el gran árbol de cerezos en el patio de la escuela. El viento soplaba suave, moviendo las flores y esparciéndolas por el aire, creando una atmósfera casi mágica. Pero su tranquilidad no duró mucho.

-¡Tanjiro! -la voz de Zenitsu lo sacó de sus pensamientos, y lo vio corriendo hacia él, casi tropezándose-. ¡Tienes que ayudarme! ¡No sé cómo hablarle a las chicas!

Tanjiro soltó una risa amigable, aunque su propia inseguridad sobre el amor lo hacía sentir incapaz de aconsejar a su amigo. -Zenitsu, solo sé tú mismo, eso es lo más importante.

Zenitsu suspiró y se dejó caer en la hierba junto a Tanjiro. -Fácil decirlo cuando eres Tanjiro Kamado, el chico que todo el mundo adora.

Antes de que Tanjiro pudiera replicar, una figura se acercó por detrás de los árboles. Shinobu apareció, llevando consigo su usual tranquilidad, pero esta vez, sus ojos mostraban algo más. Se detuvo frente a Tanjiro, ignorando el bullicio de Zenitsu.

-Tanjiro, ¿puedo hablar contigo? -su tono era serio, más de lo habitual, y Zenitsu notó la tensión en el aire.

-Oh... sí, claro -respondió Tanjiro, levantándose rápidamente.

Zenitsu, entendiendo que era mejor retirarse, se levantó también. -Me voy, me voy... ¡Buena suerte, Tanjiro!

Cuando se quedaron solos, Shinobu se sentó a su lado bajo el árbol de cerezos. Durante unos instantes, el silencio fue lo único que los envolvió, pero no era incómodo, sino cargado de emociones que ninguno de los dos sabía cómo expresar.

-Tanjiro, he estado pensando mucho -comenzó Shinobu, su voz suave, pero sus palabras parecían pesadas-. Sobre todo lo que hemos pasado... y lo que está pasando ahora.

Tanjiro asintió, sin saber bien qué decir. El viento movía su cabello, pero lo único que sentía era la presencia de Shinobu a su lado.

-¿Y qué... has pensado? -preguntó finalmente, su voz casi en un susurro.

Shinobu lo miró de reojo, y su habitual sonrisa se desvaneció un poco. -Que hay algo que no puedo ignorar... algo que siento hacia ti.

El corazón de Tanjiro se aceleró. No era un enfrentamiento con un demonio, pero su mente estaba llena de caos. ¿Era eso lo que también sentía por ella? ¿Eran esas emociones lo que lo confundían tanto?

Pero antes de que pudiera responder, una tercera voz interrumpió el momento.

-¡Tanjiro! -Mitsuri apareció, corriendo hacia ellos con una gran sonrisa. Sus ojos brillaban como siempre al verlo, y Tanjiro sintió una punzada de culpa.

-Mitsuri... -murmuró Shinobu, y Tanjiro vio cómo su expresión cambiaba.

-Lo siento, ¿los interrumpí? -preguntó Mitsuri, aparentemente sin darse cuenta de la tensión entre ellos-. Solo quería invitarte a entrenar con nosotros después de clases, Tanjiro. ¡Inosuke y Zenitsu ya están esperando!

Shinobu se levantó lentamente, su expresión ahora inalterable. -No te preocupes, Mitsuri. Tanjiro puede ir contigo. Creo que... ya hemos hablado suficiente por hoy.

Tanjiro intentó decir algo, pero las palabras no salieron. Observó cómo Shinobu se alejaba, y el dolor en su pecho crecía. Mitsuri, sin notar la incomodidad del momento, lo tomó del brazo con una sonrisa.

-Vamos, Tanjiro. ¡Nos espera un gran entrenamiento!

Pero Tanjiro sabía que su verdadera batalla no estaba en el campo de entrenamiento. Estaba dentro de sí mismo, en un campo de emociones que no entendía del todo. Mientras caminaba con Mitsuri, su mente seguía con Shinobu, y sabía que el siguiente paso sería aún más difícil de dar.

Cicatrices del Corazón: Amor en la Edad ModernaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora