Después de abrir el libro de las ocho llaves, los chicos aparecen en distintos puntos geográficos; en un lugar distinto cada uno, desconcertados e incomunicados.
A partir de ese momento, tendrán que descubrir cuál es su misión, enfrentando a todo a...
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VALENTINA.
Necesitaba calmarme. Y necesitaba dejar de llorar.
Mi llanto se mezclaba con las gotas de lluvia y mis ojos se sentían hinchados de tanto llorar. Sentada, en una de las mesas afuera del bar, pude ver cómo las personas se iban metiendo a la residencia para evitar mojarse mientras yo solo lloraba.
Necesitaba dejar de llorar, pero no podía.
—¿Valentina?
Al escuchar la voz de Camilo, rápidamente, oculté entre mis brazos mi rostro. No quería que me vea, aunque sabía que mis intentos de escondites, eran muy en vano.
—¿Valentina?— repitió, más de cerca —Tenés que entrar o vas a enfermarte.
No levanté la cabeza y un sollozo se me escapó sin poder contenerlo, algo que no pasó desapercibido.
—Hey...— sentí como acariciaba mi cabello —No... ¿qué va mal? Valentina— me llamó —Mirame, por favor— pidió con un tono suave.
Finalmente, me animé a mirarlo. Su expresión fue una de preocupación al verme mal.
—¿Qué pasó, bomboncito?— se inclinó para poder estar más a mi altura —¿Por qué llorás?
Sollocé y negué —No sé por qué me afecta tanto y- debería dejar de llorar para poder parar la lluvia o eso creo, pero- pero no puedo porque me duele de verdad y- y- ella me odia— hablé con rapidez —No creo ser mala persona, no soy como él, no lo soy y- yo te juro que no es así, yo no- yo no-
Asentí y traté de hacer lo que él me pedía, aunque, honestamente, era difícil. Lo escuché suspirar y yo traté de secar mis mejillas empapadas.
—Vení conmigo— dijo —Vamos a que te seques y.. puedas tranquilizarte un poco, ¿sí?
Simplemente accedí, sin fuerzas, ni mucho menos ánimos de decirle que no. No quería regresar a mi habitación, no quería que nadie me ve así.. mucho menos mi hermano.
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NARRADOROMNISCIENTE.
Thiago detuvo a una de las chicas en la sala y está solo lo miró con confusión.
—Disculpame, ¿no viste a una chica castaña? Así.. como así de alta, se llama Valentina y-
La rubia negó y se alejó. Thiago suspiró y se llevó, preocupado, las manos a la cabeza. La lluvia no se detenía y no encontraba a su hermana, algo que le causaba un sabor amargo en la boca del estómago.
—¿Buscás a Valentina?— preguntó una voz.
Thiago giro y se encontró con Caridad que —Sí sí, ¿vos sabés dónde está? No la encuentro.
