el destino ‐ Senku x Kohaku

Capítulo 1

Senku, el genio científico, como todos los días, estaba en su laboratorio haciendo algo que solo él entiende. Llevaba ya mucho tiempo en el laboratorio sin comer nada, así que decidió bajar un momento para calentar un poco del ramen instantáneo que tenían.

–que milagro que bajes, Senku-chan– el de cabello bicolor se acercaba a su amigo.

–solo tengo hambre.

–¿le digo a Francois que te prepare algo?– Ryusui se acercaba con la sonrisa que lo caracterizaba.

–nah, no tengo mucho tiempo– el científico no necesitaba algo muy elaborado para sobrevivir.

Los dos amigos decidieron dejar de fastidiar al científico, pues cuando está ocupado no le gusta que lo molesten con preguntas o comentarios que no tengan nada que ver con lo que esté haciendo.

Pero había algo extraño, su reacción a estas cosas cambian cuando se trata de alguien en específico.

–¡Senku!– una chica con cabello rubio recogido se acercaba corriendo al científico.

–Leona– Senku paraba el paso para poder ver a la chica.

–¡no me digas así!– Kohaku un poco irritada le reclamaba. El chico solo sonreía de forma burlona –¡ah! ¡cierto! Quería saber si necesitabas más materiales. No te voy a mentir, estoy aburrida y necesito algo que hacer.

Senku a pesar de estar ocupado respondía con gusto a la petición de la chica. Él no lo notaba, pero los demás veían la comodidad que sentía el chico con la chica.

Ryusui y Gen observaban a lo lejos a los otros dos mientras platicaban.

–¿no te parece extraño? Con ella no recalca que está ocupado y le responde con gusto– Gen notaba la tensión que ellos no notaban.

–¡eso da indicios de que se atraen mutuamente!– Ryusui chasquear sus dedos, como es costumbre.

–sí.. no me digas. Ellos son los únicos que no lo notan– Gen sonreía picaramente.

–Kohaku ciertamente ha expresado que Senku no es feo.

–exacto, creo recordar que hasta una vez dijo que tenía atractivo.

Gen y Ryusui se miraron y sonrieron picaramente.

–sabes lo que pienso, ¿no, Gen?

–creo que tenemos la misma idea– ambos sonreían diabolicamente. Cualquiera que no los conociera y los viera, pensaría que están planeando un homicidio.

Senku estaba en el laboratorio, como es costumbre. Y al igual que también es costumbre, Gen entró sin avisar.

–¿que haces, Senku-chan?

–estoy ocupado, no tengo tiempo para tus bromas o chistes.

–oh... ya veo.

Gen tenía una sonrisa pícara, esperaba el momento perfecto para poder obtener información sobre él y Kohaku.

–tsk, ¿Qué quieres, mentalista?

–nada...

–entonces vete. Interrumpes.

–sabes, Senku, a veces me pregunto por qué eres así con nosotros, pero con Kohaku no te importa estar ocupado para poder hablar con ella– Gen fingía estar ofendido.

–¿Eh? Estás equivocado, mentalista.

–actúa como si hoy en la mañana, a pesar de estar ocupado, no estabas felizmente platicando con Kohaku– Gen se dirigía a una silla cerca de Senku para sentarse, y así, poder ver bien la cara del científico.