I: Un Nuevo Comienzo en Ravenbrook

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El camino a Ravenbrook se estrechaba con cada kilómetro recorrido, serpenteando entre colinas y árboles que parecían más altos y oscuros a medida que nos acercábamos. Observé el paisaje desde la ventana trasera del coche, mi reflejo en el cristal parecía mirarme con una mezcla de emoción y aprehensión. La mudanza había sido rápida, casi impulsiva, después de que mi padre aceptara un nuevo empleo en este pequeño y remoto pueblo. Ni siquiera había tenido tiempo de asimilar el cambio, apenas había dicho adiós a mis amigos y ahora me encontraba en medio de la nada, dirigiéndome hacia un lugar del que solo había escuchado vagos comentarios.

-Ya casi llegamos -dijo mi madre desde el asiento del copiloto, intentando sonar entusiasta -Ravenbrook es... diferente, pero seguro que te acostumbrarás rápidamente.

"Diferente" era una palabra que no había dejado de escuchar desde que supe del traslado. Diferente podía significar muchas cosas, pero cuanto más nos adentrábamos en ese paisaje sombrío y arbolado, más convencida estaba de que no sería un cambio sencillo. Algo en el ambiente me hacía sentir inquieta, como si el propio aire estuviera cargado de un secreto oscuro que nadie quería desvelar.

Finalmente, el coche giró en una curva pronunciada y la vista de Ravenbrook se desplegó ante nosotros. Era un pueblo pequeño, con calles adoquinadas que se extendían desde la plaza central, donde una fuente antigua arrojaba un fino chorro de agua. Las casas, de estilo victoriano, se alineaban en filas ordenadas, con jardines bien cuidados que contrastaban con el denso bosque que rodeaba el lugar. A primera vista, parecía un pueblo tranquilo, casi pintoresco, pero no pude evitar notar la falta de actividad en las calles. Las cortinas de las casas estaban cerradas, y apenas había visto a un par de personas caminando rápidamente, como si evitaran quedarse afuera demasiado tiempo.

-Es muy bonito -comentó mi madre, intentando disimular su propia incomodidad.

No respondí, perdida en mis pensamientos mientras el coche avanzaba lentamente por la calle principal. La sensación de ser observada me invadió, pero cuando miré a mi alrededor, no vi a nadie. Solo las ventanas cerradas y las puertas firmemente aseguradas, como si el pueblo estuviera protegiéndose de algo.

La nueva casa de mi familia, los Lee, era una vieja casona de tres pisos en una esquina tranquila del pueblo. La madera de la fachada estaba desgastada por los años, y un enorme roble se alzaba en el jardín delantero, proyectando una sombra que cubría casi toda la casa. Salí del coche, aspirando el aire fresco pero denso, como si el pueblo exhalara un suspiro profundo que llevaba siglos atrapado entre sus calles.

-¿Qué opinas, Hana? -preguntó mi padre mientras descargaba las cajas del coche.

-Es... interesante -dije, mientras forzaba una sonrisa.

-Espera a que veas el interior -respondió mi padre, ignorando mi tono evasivo -Tiene mucho carácter.

Al entrar en la casa, me encontré con un amplio vestíbulo decorado con muebles antiguos y un enorme candelabro de cristal que colgaba del techo. Las escaleras de madera crujían bajo mis pies mientras exploraba cada rincón. Había algo acogedor en el lugar, pero también algo que me hacía sentir incómoda, como si el tiempo hubiera detenido su marcha en este lugar. Todo estaba en perfecto estado, pero impregnado de una energía que me hacía sentir que no estábamos solos.

Subí hasta el segundo piso, donde estaba mi habitación. Era amplia, con una gran ventana que daba al jardín trasero y al bosque más allá. Me acerqué a la ventana y miré hacia afuera. El bosque parecía casi impenetrable, sus sombras profundas ocultaban cualquier detalle. Me aparté de la ventana, sintiendo un escalofrío recorrerme la espalda. Algo en ese bosque me repelía, aunque no sabía exactamente qué.

Decidí que lo mejor sería concentrarme en desempacar y dejar que mis pensamientos se calmaran. Era solo un nuevo comienzo, un lugar desconocido que pronto se convertiría en mi hogar. O al menos eso intenté decirme a mi misma mientras acomodaba mi ropa en el viejo armario de madera.

Welcome to Ravenbrook (ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora