- Capitulo 71 - Doble con peón.

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Martes.

Manuel Ramirez Cabral

Esto no me gusta; no tiene sentido y no confio en esta gente, hay algo diferente en estos guardaespaldas, no se parecen a los que vinieron por nosotros para llevarnos a la boda, tampoco confío en que sea una invitación de Ray si cuasimodo nos está acompañando y Alex no vino.

"Llamame."

La señal es mala pero el mensaje se enviará automáticamente en cuanto entremos a un lugar donde funcione. Ignoro la conversación de mi madre con el monstruo de alcantarilla que tiene como marido mientras veo como nos alejamos de la ciudad; me emocionó el viaje a Punta Cana pero algo no me cuadra, no me trago el cuento de que Ruth llamó al monigote porque quiere arreglar las cosas con nosotros; no sabré muchas cosas pero se que ella preferiría inyectarse agujas en cada poro del cuerpo antes de llamar ese esperpento. 


****

Jueves. 10 PM

Supe que estábamos en problemas en cuanto apareció Daniel, no se que estarán planeando el y el esperpento pero no puede ser bueno; el lugar es bueno pero no hay señal y mi madre debe ser estúpida o algo porque está encantada con toda la mierda que nos están metiendo en la cabeza, aunque estuvimos rodeados de seguridad durante nuestra visita al hotel, nunca nos prohibieron caminar por el lugar y tampoco había gente en las puertas todo el tiempo.

— ¿Qué haces?— Pregunta desde la puerta y lo ignoro moviéndome hasta la ventana.— Te estoy hablando Manuel. —

— Y yo te estoy ignorando, el día que te de explicaciones me cuelgo de un abanico.—

Es la primera vez que uno de mis intentos va más allá del mensaje en la pantalla que me dice que no tengo servicio, tampoco tengo internet para comunicarme con ella. — Hola, mi amor. — 

El alivio que me invade el cuerpo es incalculable.

— ¿Cuándo llegan? —

— ¿Cuándo llega quien, Manuel? —

Dios mio...

— Ruth creo que cuasimodo y tu... —

El oído me pita de manera insoportable, no puedo concentrarme y el dolor de cabeza es inmediato.

— No vas a arruinarme esto,— la voz de Quasimodo es casi tan aguda como su golpe —  la perra esa no puede ayudarte ahora; te divertiste mucho con la paliza que me dio el imbécil del novio pero o te ves muy divertido ahora Manuelito... —

Sale de la habitación llevándose mi teléfono, me toma demasiado levantarme y puedo ver mi sangre goteando en el piso de madera, no puedo abrir la puerta por más que patee y no me atrevo a saltar por la ventana estando en un quinto piso, quiero a mi hermana; necesito que venga por mi. Las camionetas que antes veía a través del cristal parecen haber desaparecido.


****

Viernes, 5 AM

Me duele la cabeza pero ese dolor no se compara con la preocupación que me está ahogando, no vi a mi mama ayer y no puedo estar seguro de que esté bien, ¿Que están haciendo?...

Me espanto con el sonido de la puerta, no lo conozco pero el frío que me toma desde los pies hasta la garganta es una señal clara de que estoy en problemas. 

— Buenos días Manuel.—  Su voz enciende cada alarma que tengo ene l cuerpo. Continua acercándose al sofá y me levanto tan rápido como puedo, tenia el palo de la cortina listo para romperle la cabeza a Cuasimodo si volvía, no dudare en usarlo con este si intenta golpearme también.

Eros -BorradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora