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El fin de semana ya estaba cerca, se percibía en el aire y en el bullicio de loschicos que no paraban de hablar sobre planes de fin de semana.

Después de un agotador entrenamiento, un cansado Marvin se dirigió a los vestidores con la mente nublada por la rabia. Las burlas de los otros nadadores seguían resonando en su cabeza, avivando su deseo de encontrar a alguien en quien desquitarse.

Sabía exactamente a quién buscar: Oscar, el único que siempre había sido un blanco fácil para él.

Al entrar en los vestidores, su mirada se posó en Oscar, quien estaba guardando sus cosas en la taquilla, dejando sus prendas superiores sobre la banca. Sin pensarlo dos veces, Marvin se acercó, listo para soltarle un comentario hiriente, algo que le recordara que, a pesar de todo, Marvin seguía siendo superior... ¿Verdad?

— Vaya, ¿qué tenemos aquí? — dijo Marvin con una sonrisa torcida —. ¿El nuevo "protector de los débiles" va a seguir fingiendo que todo está bien?

Oscar, sin levantar la vista, continuó guardando sus pertenencias. El silencio de Oscar lo irritó aún más, así que Marvin se acercó más, buscando provocar una reacción.

— Hijo de perra ¿No tienes nada que decir? — insistió Marvin — ¿O es que ya te acostumbraste a ser el segundo plato de Richards?

Finalmente, el waterpolista cerró la puerta de la taquilla con un suave golpe y se giró hacia Marvin. En lugar de mostrar la molestia que Marvin esperaba, Oscar esbozó una leve sonrisa.

— Waters... ¿de verdad no tienes nada mejor que hacer? — dijo Oscar con una voz calmada pero firme — Ya ha pasado tanto tiempo... ¿No te cansas de seguir con esta mierda?

Marvin frunció el ceño, sintiendo cómo la frustración crecía dentro de él.

— Lo que me cansa es ver cómo tú sigues actuando como si fueras mejor que los demás.

Oscar suspiró, claramente aburrido de la situación.

— ¿Mejor que los demás? — dijo Oscar, casi con un tono de burla, el mismo tono de burla que Marvin ocupaba con él, se estaba aguantando las ganas de perder la compostura, abalanzarse y darle una golpiza, pero no él no era así — Solo estoy intentando vivir mi vida sin que alguien venga a arruinarla... Y, sinceramente, creo que ya has hecho suficiente desde hace años... Tal vez sea hora de que lo superes... Ya tuve suficiente de tus berrinches pendejos.

El comentario de Oscar golpeó a Marvin más fuerte de lo que cualquier insulto podría haberlo hecho. La calma y la indiferencia en la voz de Oscar lo hicieron sentir impotente, como si todo el control que alguna vez tuvo sobre él se hubiera desvanecido por completo.

— Déjame en paz, Marvin. Si tienes problemas, resuélvelos, pero no conmigo... Yo ya no soy tu chivo expiatorio... Estoy harto.

Con eso, Oscar recogió su playera y chamarra, colocándoselas, tomó su maleta y se dirigió hacia la salida, dejando a un Marvin, solo, furioso en medio del vestidor. La indiferencia de Oscar fue un golpe directo a su ego, frustrándolo aún más. Sabía que había perdido, no solo el título de capitán, sino también cualquier poder que alguna vez tuvo sobre Oscar. Y eso era algo que le resultaba imposible de aceptar.

— Con que esa carta vas a jugar... Veamos cuanto aguantas, Robin... Puedo hacerte probar la infelicidad hasta con la palma de mi mano...

Mientras tanto...

El sol se filtraba por las amplias ventanas de la sala de fisioterapia del edificio de piscinas, bañando la habitación en una luz suave y cálida. Dan se inclinaba sobre Jaekyung, quien yacía boca abajo en la camilla de masaje, concentrado en liberar la tensión acumulada en los músculos de su espalda y brazos.

[FANFIC/AU] Prometo Hacer Las Cosas Bien: ACTO II (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora