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Culiacán, Sin 📍 Domingo, 1 de septiembre del 2024 3:28 am
La fiesta continuaba, aunque más íntima ahora. Algunos invitados ya se habían retirado, dejando solo a los más cercanos a Iván. Entre ellos estaban su mamá, sus hermanos, sus compadres, y, por supuesto, Kenia, quien seguía siendo el centro de atención en ese pequeño círculo de confianza. La atmósfera era más relajada, pero el ambiente festivo aún se mantenía mientras la música seguía sonando de fondo.
Grupo Máximo Grado subió al escenario, y las primeras notas de canciones como "Yo soy Iván," "Iván el Chapito," "Quién es Iván," y "Iván y vienen" empezaron a sonar. Kenia, entusiasmada, se sabía todas las letras de memoria, coreando cada verso con la emoción de alguien que entendía bien el significado detrás de las canciones. La conexión entre las letras y la vida de Iván la hacía sentir aún más cercana a él, mientras la fiesta continuaba con ese toque personal que hacía la noche inolvidable.
Kenia, entre risas y copas, se había subido al escenario, sorprendiendo a todos al unirse como segunda voz en la canción "Yo soy Iván" junto con Alejandrina. El ambiente se llenó de carcajadas, sobre todo de Iván y sus hermanos, quienes disfrutaban de ver cómo su madre y Kenia se adueñaban del micrófono. Iván no podía contener la risa, fascinado por lo bien que se integraba Kenia a su mundo, incluso en esos momentos inesperados. A pesar de lo bebida que estaba, su carisma y energía se mantenían intactos, haciendo la noche aún más memorable.
Iván, sin dejar de observarla, le indicó discretamente a uno de sus hombres que se mantuviera cerca de Kenia, listo para asistirla en caso de que llegara a tropezar por lo bebida que estaba. Sin embargo, también le dejó claro que no interfiriera ni la detuviera. Para él, lo más importante en ese momento era que Kenia estuviera disfrutando y pasándola bien. La sonrisa de Iván dejaba ver lo mucho que valoraba su felicidad y cómo apreciaba que ella se sintiera cómoda en su entorno.
Alfredo, observando la expresión de su hermano, no pudo evitar sonreír y darle un ligero golpe en el hombro, señalándole que estaba completamente embelesado por Kenia. Le comentó con tono pícaro que era evidente para todos lo perdido que estaba por ella. Iván no respondió, pero la leve sonrisa en su rostro lo delataba. Alfredo añadió que si Ovidio estuviera presente, seguramente diría lo mismo.
