Rosas de amor~🔥🌹

Cap 1; La pequeña joven y el de los ojos verdes.

El ruido cansado y desvanecido de la lluvia se intensificaba con fuerza, a la vez que el viento soplaba las hojas y la acompañaba, consolandola mientras ella lloraba, derramando por el mundo sus lágrimas. Nos centramos en la mansión del Sr. Lomonosov, a las 12:00am, una joven se encuentra en una de las habitaciones, con la vista nublada, la cara roja como manzanita y la mente mareada y confundida, derrumbada sobre la cama.

El Sr. Lomonosov es dueño de una mafia, una de las más conocidas de Rusia; en busca de un sucesor, debido a la complicada salud del jefe, vive con su hijo lee-won- un reconocido abogado de 32 años. La mejor amiga de lee-won lo contacto hace tres días para comentarle si podía visitarlo, de paso así podría conocer a alguien que ella quería presentarle, al este decirle que si, hicieron sus maletas con destino a Rusia.

- Estás segura de ésto?- Preguntó María.

- Creí que quería salir de este país, con el caloraso que hace, que te detiene?- Respondió Jasmine, con una pregunta.

- No es eso, solo... dijiste que no había problema con que nos quedáramos en la casa del Sr. Lomonosov no?- Dijo con un tono nervioso.

- Emm si, porqué.- Preguntó.

- Nunca... eh viajado antes y no se si me sienta cómoda en la casa de alguien más... y si somos una molestia. - Dijo, dirigiendo la mirada al suelo, rozando su brazo izquierdo con el derecho.

- Nah, no te preocupes yo ya lo hecho varias veces, además el Sr. Lomonosov es una persona muy amable y generosa, creeme te encantara en cuenta lo conozcas.- Afirmó Jasmine, intentando convencerla.

- ... Bueno si tú lo dices... lo que sea por salir de este horno de país con sus habitantes de masa de galleta cocinandose 🍪.- Dijo sarcástica.

- Cierto, mejor salir cuanto antes.- añadió.

No estaba segura de esto, pero todo era mejor que nada no? No voy a mentirles al subirnos al avión pensé que ya me iba con dios para allá arriba jajajajaja, no había subido nunca a uno que esperaban, era imposible no mirar por la ventana, y cada vez que lo hacia sentía que iba a caerme jajaaja. No sé burlen de esta miedosa que le tiene miedo hasta a una cucaracha por faa jaja, pero sigamos con lo que estábamos, al acostumbrarme ya más o menos a la vista, estuve la mayor parte del viaje roncando como un toro, al llegar al aeropuerto me sentía como si hubiera dormido toda una vida y eso que me encanta dormir, la que no durmió bien fue jasmine ya que la use como almohada, jeje.

Lee-won fue a recogernos al aeropuerto, de paso lo ví por primera vez, Jasmine ya me habia hablado de el, aunque no había tenido la oportunidad de conocerlo hasta ahora, amable, simpático, atento, me cayó bien a decir verdad. Cuando llegamos a su casa... Juro que casi me caí de espaldas, era una mansión... ENORME! pero saben lo que es enorme! era más grande por dentro de lo que era por fuera, había tantas habitaciones, cada una más grande que la anterior, la cocina tenía una alta variedad de comida, (en mi mente deseaba esperar a que se fuera todo el mundo y comer todo lo que hubiera jajaja) y si ya se que sueno egoista, pero que esperaban, nunca en la vida estuve en una mansión, me quedé sorprendida tan solo de verla por fuera.

Ya que no conocía mucho a lee-won preferí dejar que el y Jasmine charlaran un rato, se veia que lo nesecitaban, le pregunté al Sr. Lomonosov si podía dar una vuelta por fuera de la mansión y me dijo que si, recuerdo que estaba nevando mucho, así que me dijo que no me fuera muy lejos y si la nieve empeoraba pues que entrara a la casa.

- Ahh.. Hace un frío de carajo aquí afuera... debí pedir si me podían dar un abrigo, ( No estás loca, que te dieran alojamiento ya es más que suficiente, no puedes pedir más!).

Al caminar durante un rato, sin darme cuenta se había hecho de noche... estaba a punto de entrar de regreso en la mansión, cuando... noté... un cántico... por así decirlo, proveniente de la parte de atrás, me pregunté quién estaria entonando un canto en medio de una noche fría y nevada como esa, la nieve comenzaba a intensificarse, al parecer se venía una tormenta, sabia que debía entrar... pero... ese canto... me atraia de una forma magnética, como si mi cuerpo respondiera por si solo... y yo no tuviera ningún control.