Se suponía que el pasado se reincorporaba a su lugar, dejándola caminar sin ataduras, permitiéndole sonreír con aquel ser que rompió su corazón, y estaba consciente de que ella tenía que conocer nuevas formas de reintegrarse a él en un nuevo rol, pero la distancia que le permitían poner aquellos chistes y esas miradas no ayudaba en nada, ya que no existía trecho alguno.
Hace unas horas podía jurar que viviría en ese día por siempre, y ahora, quería aferrarse a él como nunca, como si hace cinco minutos no hubiese sido el cierre...Miro el objeto que tenía entre sus manos, había huido presa del pánico, ni siquiera miro a los ojos a Konohamaru y él podía notar su nerviosismo. Pero no podía confesarle a su novio, que la felicidad era a causa de alguien más, él había actuado tan atento y paciente con ella, y a cambio, solo le devolvía confusión y una imagen difusa sobre ella. Porque, ¿Quién m/ierda huía después de un "te extraño" sincero de su pareja? Había cruzado la ciudad arriesgándose con la feroz lluvia y el imposible trafico para llevarle una pequeña caja con un llamativo listón celeste, esperando tener al menos cinco minutos del tiempo de su novia, pero esta, solo le brindo una extraña sonrisa, un pretexto absurdo y una partida fugaz.
—¿Por qué tardaste?—Estaba sentado en el sofá, no despegó la vista de su laptop
—Estaba esperando que se acabará la lluvia—Caminó hacia donde estaba él mostrándole la cajita que le había dado Konohamaru, su padre despegó la vista de la pantalla y tomó la caja, no entendía lo que sucedía
—Konohamaru me lo dio
Sasuke observó la caja, y luego a ella. ¿No se supone que estaría con Boruto? ¿De dónde había salido ese payaso?
Sarada desenvolvió torpemente aquel regalo, estaba nerviosa. Se sorprendió ante el contenido, y luego vino a ella la culpa, le había pedido que se retirara, si hubiese sabido acerca del contenido la despedida no hubiese sucedido, se sentía tan idiota.
—Hmp—Bastaba solo ese monosílabo para saber que despreciaba tal elogio por parte de él—¿Por qué realizo esa acción?
—Porque le había comentado que mi teléfono era un dolor de cu/lo, no sé—Sacó su teléfono, roto de la pantalla y con pequeños manchones de tinta—Aunque todavía funciona, no era necesario esto...de verdad no lo era
Sasuke arqueó una ceja, él pudo haberlo comprado si ella se lo pedía
—¿Y le pediste el aparato?—Ella negó
—No, y no hubiera pensado jamás en comprarme este, no gastaría mis ahorros en algo tan innecesario ¿Cómo se lo devolveré? No quiero que piense que soy una malagradecida, es solo que no puedo aceptarlo—Lo observaba detenidamente, era tentador, pero no...no podría aceptarlo
Se levanto de ahí con la esperanza de encontrarlo afuera, confundido ante su actuar y esperando por ella con una explicación coherente sobre su actitud déspota, pero debía regresar a la realidad, él no estaría. Ella le había pedido que se fuera y él lo hizo, no rogaría por la atención de una niña malagradecida y mentirosa que utilizó su nombre en vano para irse a drogar a escondidas. Y esos pensamientos catastróficos fueron los que la impulsaron a ir tras él, saliendo sin importarle que la tormenta llegase en cualquier momento. Por un momento pensó que no era necesario hacer el recorrido, no tenía palabras para dedicarle o disculpas que ofrecerle, pero en su interior algo le suplicaba hacerle saber que no podía aceptarlo.
Estaba en la parada del transporte público, refugiándose debajo de una buganvilia, esperando que esta cubriera lo suficiente para no verse tan patética ante los ojos de él, pero las gotas que resbalaban hacia su rostro le indicaban lo contrario.
Avanzó hacia la calle mirando a ambos lados rogando porque el camión no tardara más tiempo y soltando pequeñas maldiciones cuando sintió las gotas con más constancia. Alguien se posicionó al lado de ella cubriéndola de la lluvia con paraguas color negro, observó al sujeto y sonrió. Sasuke le extendió la sudadera, la pelinegra colocó media sonrisa ante esa acción, colocándosela inmediatamente.
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La propuesta
Hayran KurguCansada de su vida poco privilegiada, del sufrimiento de su amiga por sus relaciones románticas, de la violencia cotidiana en su entorno y por el constante cuestionamiento acerca de su nula interacción romántica, Sarada Haruno decide aceptar una pro...