Probablemente todo empieza con una pesadilla...

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Bueno, quiero empezar con esto, esta es una historia acerca de algo extraño que me sucedió, algo que no es nada común, soy apenas un chico de 16 años, de seguro dudan de mí...

Era un día caluroso de verano, Rafael, mi mejor amigo, pasaba todos los días conmigo. Como lo acabo de mencionar, era mi mejor amigo, yo decidía salir con él, en vez de pasar tiempo en familia. Iba a mi casa y yo a la de él. Nos conocíamos desde que estábamos en el kínder, jugábamos todo el día, todos los días, yo apenas tenía 5 años cuando lo conocí, qué podía decir, era como un hermano para mí. Con el pasar de los años, recogíamos cosas inservibles de nuestras familias, como lo son viejos sofás, viejos televisores y hasta viejos retratos, ¿Por qué hacíamos esto? Pues, déjame decirte, que éramos "hombres de negocios", y con esto me refiero a que habíamos descubierto una pequeña bóveda y decidimos usarla. Pasábamos nuestros tiempos libres allí, era como un paraíso, un pequeño, sucio y oscuro paraíso. Amaba pasar mis momentos con Rafael, pasaba la mayor parte de mi tiempo con él.

Estábamos terminando las vacaciones de verano, como todos los años, pronto teníamos que entrar a nuestras escuelas. Así que los días que faltaban para esa fecha, teníamos que disfrutarlos al máximo. Rafael y yo lo teníamos decidido.

Yo soy cristiano, pero Rafael no lo era. Yo lo invitaba a la iglesia, pero nunca me acompañaba, la mayor parte de las veces, ponía excusas para no ir. Le decía que la solución de todo era Dios, pero él se negaba en creer. "Bueno, la salvación es personal" me decía en mi cabeza.

Pero lo extraño no empieza allí...

Era un día domingo, yo acostumbraba a ir a la iglesia ese día, y como siempre, invitaba a Rafael para que me acompañara. Esta vez, Rafael aceptó, me sentí alegre porque pensé que mi amigo iba a empezar a cambiar.

Era muy temprano recuerdo, me había levantado con emoción por lo de mi amigo. Un par de horas después pasé por él, para ir a la iglesia. Lo noté raramente extraño, como que si le había pasado algo, lo observaba con un poco de ansiedad. No le tomé mucha importancia y pensé que al asistir a la predicación iba a salir diferente.

Lamentablemente no sería así...

Tan solo puso un pie en el templo, se puso pálido como la nieve, exageradamente pálido. Me percaté de inmediato porque su color de piel era moreno, le pregunté acerca de qué le sucedía, no me respondió y empezó a llorar desconsoladamente, lloraba como un niño, pero no era un llanto de tristeza, era un llanto de pánico. Me impactaba bastante, porque jamás en toda mi vida había visto a Rafael de esa manera, y lo único que hizo fue tomar sus cosas y se marchó en un llanto impactante.

Me preocupé bastante, porque como lo dije antes, nunca lo había visto de esa manera, así que decidí quedarme en la iglesia y luego ir a ver a mi amigo... Grave error...

Fue un día muy largo, pasé todo el día en la iglesia sin darme cuenta, luego recordé lo de Rafael, fui a su casa. Ya era de noche y su madre atendió...

"Disculpe, ¿Se encuentra Rafael?" -Le pregunté.

"Lastimosamente no, no se encuentra, pensé que estaría contigo, porque no ha puesto un pie en esta casa el día de hoy. Si lo ves, dile que por favor recoja su ropa de la lavandería" -Me respondió.

"Está bien" -Le dije. "Yo se lo hago saber"

Me sentía cansado y mejor decidí irme a mi casa, ya que, el siguiente día era el momento de ir a la escuela, nuestro primer día de estudios, el día que todos odiamos y pensé que él debió haberse ido a un bar a relajarse por el estrés generado. Lo último que hice fue mandarle un mensaje preguntándole dónde estaba, con la esperanza de que me respondiera, o al menos observara el mensaje, sin embargo no lo hizo. No le tomé importancia y me fui a la cama.

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⏰ Última actualización: Jul 12, 2015 ⏰

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