El fuego que comenzaba a desagarrar la piel de sus dedos se extendió. Jamás había sentido el dolor de una quemadura, porque simplemente parecía que no la afectaba debido a la magia dormida que corría por su sangre. Pero ahora, este calor estaba desgarrando su piel con un calor infernal.
En un instante, el fuego estaba sobre sus hombros, sus ojos, fuertemente cerrados para soportar un poco más el dolor, se abrieron para observar el fuego sobre su piel. Rasgada.
El fuego la estaba consumiendo.
Sus dedos comenzaron a flaquear cuando sintió que el conocimiento la abandonaba poco a poco.
...
-Ella es una pieza mucho más valiosa que el apellido de toda la familia.
Beto se mantuvo en un silencio lúgubre, sonrió sin gracia y entonces exhaló.
-Sabía que dirías eso.
-Pero si vienes conmigo, hijo, podemos hacer esto funcionar, podemos conseguir cosas grandiosas para la familia.
-No así, no a costa de ella, jamás.
Padre e hijo sostuvieron la mirada francamente, ninguno dispuesto a dar un paso atrás, y entonces un par aplausos llamaron la atención de los presentes.
-Bien, si ya terminaron su drama familiar, déjenme decirles que llegamos a un punto muerto, así que dadas las circunstancias, me temo que no puedo dejar de nadie se vaya.
El hombre de la cicatriz caminó decididamente hacia los menores en un extremo de la habitación. Y entonces Beto metió la mano en el costado de su pantalón, a la altura de su bolsillo.
El destello plateado del metal brilló suavemente con la luz de la velas. Un revólver con el mango de madera se encontró apuntando en dirección al hombre. Todos en la habitación perdieron el aire.
-¿D-De donde sacaste eso?
Preguntó el padre del peliazul, observando con incredulidad la mano firme de su hijo, que sostenía el arma apuntándola sin temor.
-No soy lo suficientemente estúpido como para creer que la familia te importaría más que tu ambición.
Esas palabras parecieron calar hondo en el mayor de cabellos azulados, que reflejó en sus facciones vergüenza, al menos por un segundo.
-Pero sí lo suficientemente estúpido para creer que serías el único armado aquí adentro.
El pequeño sonido del arma siendo cargada hizo que Beto tragara en seco. El brillo plateado de una colt walker le hizo frente al arma que portaba el menor, que de repente parecía estúpidamente pequeña.
-Si querías venir para jugar a ser un héroe, al menos hubieras pensado en un plan inteligente, niño.
Sin embargo el joven no se acobardó.
-¿A quién crees que apuntas? Idiota, él es mi hijo.
Eso pareció llamar la atención del hombre de la cicatriz, que tras observar a Beto solo unos segundos, entendió que estaba jugando mal sus cartas, y entonces apuntó su arma a Valentina.
-Supongamos que eres más rápido que yo y disparas, a esta distancia es casi seguro que me darás, pero dudo que hayas tocado un arma antes, por lo que tu puntería no es buena, y no me darás en un punto que me mate al instante. Pero yo no fallaré, aún si estoy desangrándome, no fallaré en mi tiro.
Eso sí que pareció captar el pánico de Beto, quien titubeó un poco.
-Ahora, baja el arma.
Beto observó a su padre con su visión periférica, que observaba la escena con inquietud. Como si no confiara en que el hombre podría, efectivamente, dispararle a la joven.
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Hilo de Sangre. Primera Lección.
Hayran KurguParte 2 de "Hilo de Sangre". Esta vez nuestro grupo de amigos llega a España con la intención de encontrar al papá de Kika, pero en medio de un escenario tan complejo no se puede confiar en cualquiera, y eso es algo que los miembros del equipo tendr...