Renacimiento de un Héroe: Entre Espíritus y Café

Capítulo 8: Tensión en el Café y Corazones Confusos

Los días continuaban transcurriendo en el café Familia, pero la atmósfera había cambiado ligeramente desde el incidente de la noche en que Hayato mostró sus poderes para proteger a Akane. La cercanía entre Hayato y las chicas había aumentado, y con ello, también surgían emociones más complejas.

Hayato intentaba mantener el foco en su trabajo, pero no podía ignorar las miradas que recibía de Ami, Akane, Shiragiku, Oka, y Riho. La convivencia en la casa, que al principio había sido caótica pero entretenida, ahora estaba teñida de momentos incómodos, silencios prolongados y una cierta tensión que era imposible ignorar.

Un Nuevo Día en el Café

Era una mañana fresca, y el café Familia estaba en pleno apogeo con clientes entrando y saliendo. Hayato estaba en la cocina, preparando unos pedidos cuando Akane entró con una bandeja vacía.

"Los clientes de la mesa cinco piden otro café," le informó con su tono habitual, aunque Hayato notó que había algo diferente en su voz, como si estuviera esforzándose por sonar profesional.

Mientras Akane preparaba la cafetera, Hayato no pudo evitar notar cómo sus manos temblaban ligeramente. Era sutil, pero para alguien tan observador como él, no pasó desapercibido.

"¿Todo bien, Akane?" preguntó, girándose hacia ella con preocupación.

Akane lo miró sorprendida, como si no esperara que él lo notara. "Estoy bien," respondió rápidamente, pero su mirada evitaba la de Hayato.

Él sabía que no debía insistir, pero algo dentro de él le decía que Akane estaba pasando por algo que no quería compartir.

Antes de que pudiera preguntar más, Ami entró con una sonrisa en el rostro. "¡Hayato! Necesito ayuda con los clientes de la mesa tres. Están preguntando sobre nuestras especialidades."

Hayato asintió, agradecido por la interrupción, aunque no dejaba de pensar en Akane mientras se dirigía a la mesa de Ami.

Una Noche de Conversaciones

La jornada transcurrió sin más incidentes, y al llegar la noche, el grupo se reunió como de costumbre en la casa para cenar. Oka y Riho estaban enfrascadas en una conversación sobre nuevas recetas para el menú del café, mientras que Shiragiku se quejaba de lo cansada que estaba, dejándose caer en el sofá con un suspiro exagerado.

"Deberíamos hacer una noche de películas," sugirió Shiragiku, mirando a las demás con una sonrisa perezosa.

Ami se cruzó de brazos, pensativa. "No es mala idea. Hace tiempo que no hacemos algo juntas fuera del trabajo."

Hayato, que estaba sentado en la mesa terminando de revisar algunas cuentas del café, levantó la vista y asintió. "Suena bien, podríamos relajarnos un poco. Hoy fue un día más tranquilo, así que tenemos algo de tiempo libre."

Sin embargo, Akane parecía distante, sentada en un rincón de la mesa, mirando hacia su plato sin decir mucho. Hayato notó su actitud, pero antes de que pudiera hablar con ella, Riho lo interrumpió.

"¡Oye, Hayato, prueba esto!" exclamó Riho, acercándose a él con una pequeña taza de café que había preparado.

Hayato sonrió y aceptó la taza. El aroma del café era fuerte, pero agradable. Tomó un sorbo, y sus ojos se abrieron un poco por la sorpresa. "Está muy bueno, Riho. Tienes talento para esto."