Capítulo 9: El Viaje a Casa

1 0 0
                                    

El día de la partida llegó más pronto de lo que Kamala esperaba. La mansión Blood Moon era un hervidero de actividad mientras los sirvientes cargaban las maletas en los vehículos.

Zafiro y David, los padres de Kamala, observaban con una mezcla de orgullo y preocupación cómo su hija se preparaba para comenzar su nueva vida.

"Recuerda," dijo Zafiro, abrazando a Kamala, "siempre tendrás un hogar aquí. Ante cualquier situación o si solo nos extrañas solo vuelve mamá siempre te recibirá con los brazos abiertos"

David asintió, su mirada fija en los trillizos. "Y ustedes, cuídenla bien. O se las verán conmigo."

Lion inclinó la cabeza con respeto. "Tiene nuestra palabra, Alfa David. Kamala es nuestra vida y razón de ser ahora su seguridad y felicidad es nuestra máxima prioridad."

El viaje fue largo pero cómodo. Los trillizos se aseguraron de que Kamala tuviera todo lo que necesitaba, deteniéndose frecuentemente para que pudiera estirar y descansar.

A medida que se acercaban al territorio Blue Moon, Kamala sintió que su nerviosismo aumentaba. "¿Y si no les agrado?" susurró a Killian, quien estaba sentado a su lado.

Killian besó su frente con ternura. "Te amarán, mi luna. Tanto como nosotros."

Finalmente, después de horas de viaje, llegaron a las puertas de la mansión Blue Moon. Era un edificio imponente, aún más grande que la mansión Blood Moon, rodeado de extensos bosques.

Antes de que pudieran siquiera salir del vehículo, las puertas se abrieron de golpe y una figura salió corriendo.

"¡Por fin!" exclamó Alexandro, el beta de los trillizos, su rostro una mezcla de alivio y exasperación. "¡Pensé que tendría que ir a buscarlos yo mismo!"

Lessandro sonrió, saliendo del auto para abrazar a su amigo. "Vamos, Alex, ¿no me digas que no pudiste manejar la manada sin nosotros por unas semanas?"

Alexandro rodó los ojos, pero su sonrisa era genuina. "Bienvenidos a casa, idiotas." Luego, su mirada se posó en Kamala, quien estaba siendo ayudada a salir del vehículo por Lion. Su expresión se suavizó instantáneamente. "Y tú debes ser Kamala. Es un honor conocerte, Luna."

Kamala sintió que se sonrojaba ante el título. "El honor es mío," respondió suavemente.

Mientras entraban a la mansión, Kamala no pudo evitar notar las miradas curiosas de los miembros de la manada que se habían reunido para darles la bienvenida. Apretó la mano de Killian, buscando confort.

"Tranquila," susurró él. "Estamos aquí contigo."

Y así, con el apoyo incondicional de sus compañeros, Kamala dio sus primeros pasos en su nuevo hogar, lista para enfrentar cualquier desafío que el futuro pudiera traer.

El destino de la luna rotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora