La cocina y el comedor están limpios y no hay ni una rodaja de pepperoni a la vista, lo cual confirma lo tardísimo que llego a cenar.
—¿Dónde demonios estabas? —me pregunta mamá en cuanto entro por la puerta. Veo en tiempo real cómo la preocupación de su rostro se transforma en alivio y luego en enfado—. Cinco minutos más y hubiera llamado a la policía para declararte desaparecido.
—No te habrían hecho caso, mamá —declara Blair desde el sofá, mirando el móvil—. Clark tendría que haber estado fuera varias horas más para que la policía lo considerara desaparecido. Derek Dopamine hizo un vídeo entero sobre el desastre que son nuestras leyes sobre personas desaparecidas y...
—Cariño, te lo pido por favor: no cites a Derek Dopamine como fuente oficial de información sobre nada —la corta mamá antes de volverse hacia mí, adoptando una voz más suave—. Deberías devolverme las llamadas, ¿vale? ¿Dónde estabas?
Tiro la mochila al sofá y entro en la cocina, deseando empezar a preparar los brownies de terciopelo azul de Ben's.
—Con un amigo —replico, dejando la tarjeta de la receta sobre la encimera y leyendo de nuevo la lista de ingredientes. Salvo el colorante azul, estoy casi seguro de que tenemos todo lo que necesito, pero debería asegurarme antes de precalentar el horno—. No te preocupes —me adelanto a las protestas de mamá—, ya sé que acabas de limpiar. Yo recojo luego.
—¿Estabas con un amigo? —me pregunta Blair con curiosidad, levantándose del sofá y yendo al comedor—. Pero si no tienes ninguno.
Se lo paso por alto porque estoy de muy buen humor tras el día en la pastelería como para permitir que me afecte lo que dice Blair.
—Blair —la regaña mamá, tomando asiento junto a ella—, para.
—¿El qué?
—Para de meterte con tu hermano.
—Era una broma.
—Me alegro de que hayas superado la intoxicación alimentaria que te impidió ir al colegio y ver a la señora Hazel hoy —comenta mamá, con un tono lo bastante suspicaz como para que quede claro que sospecha de mí—. Me pregunto qué habrás comido en el concierto para ponerte malo.
—No estoy seguro —respondo, totalmente decidido a no sonar culpable mientras voy de un armario a otro.
—Bueno, queda pizza, pero lo mismo te sienta mal —dice mamá—. Creo que queda sopa de fideos de la que te gusta en la despensa, si te apetece más.
—Gracias —contesto, concentrado en la receta. Nota mental: fingir una intoxicación alimentaria es una forma fácil de librarse de comer pizza todos los días.
Blair levanta la vista de su móvil.
—¿Qué estás haciendo?
Determino que tenemos suficiente queso crema para el glaseado y saco la mantequilla de la nevera.
—Brownies de terciopelo azul.
—¿Brownies de terciopelo azul? —repite mamá—. ¿Qué demonios es eso? ¿Qué llevan? ¿Y de qué azul estamos hablando?
Blair mete baza.
—¿Son como los brownies de terciopelo rojo, pero en azul?
—Básicamente, sí —sonrío ampliamente mientras saco una bolsa de azúcar glas del estante superior, dando alegres botecitos (a pesar de las incesantes preguntas de mamá)—, y probablemente van a ser lo mejor que he hecho.
ESTÁS LEYENDO
Drops of Time Together
Подростковая литератураClark ha vivido el mismo día 309 veces. Sin parar. Está atrapado en un bucle temporal y, al parecer, no hay nada que pueda hacer para detenerlo. Hasta que el día 310 resulta ser... diferente. De repente, su clase de trigonometría habitual se ve inte...