Capítulo 20

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El día 347 voy a la pastelería Ben's Everything Blue, pido un brownie y me siento en una mesa de la esquina con mi desayuno. Necesito salir del apartamento para poder concentrarme en escapar del 19 de septiembre. Abro el portátil de mamá y me pongo a trabajar.

—Doctora Rebecca Runyon... —⁠murmuro mientras escribo su nombre en el navegador⁠—. ¿Qué fue de ti?

Investigo mucho más a fondo que antes: recorro la docena de fuentes que se citan en su (corta y no demasiado útil) página de Wikipedia, rastreo a todos sus posibles seres queridos vivos —⁠descubro que nunca se casó ni tuvo hijos⁠— y busco toda la información posible sobre Atrapados en el presente. Spoiler: sigo sin encontrar gran cosa.

¿Cómo es posible que haya desaparecido un libro de una famosa psicóloga? Hay muchas páginas web que mencionan los estudios de la doctora Runyon, pero en muy pocos sitios hablan de su teoría sobre los bucles temporales. Y, lo que es peor, en ninguna parte se dan detalles sobre si tenía una teoría de cómo escapar de uno.

La doctora Runyon murió antes de que existiera internet, así que ha dejado muy poca huella digital. Además, sospecho que las instituciones asociadas a su trabajo silencian todo lo que pueda afectar a su reputación. Por ejemplo, el Dartmouth College se muestra orgulloso de haber participado en la innovadora investigación de Runyon sobre el estrés postraumático de los veteranos de guerra, pero no parece emocionarle que lo asocien con la mujer a la que «se le fue la olla con la estúpida película de Atrapado en el tiempo», como bromeó alguien en una antigua publicación de Facebook compartida por Dartmouth donde se hablaba de los hallazgos de la investigadora.

Otto aparece a mi lado y me deja un vaso de agua.

—Hola. Llevas trabajando toda la mañana y pensé que tendrías sed.

—Muchas gracias, Otto —⁠respondo, dando un trago.

⁠—¿Nos conocemos? —⁠pregunta, confundido⁠—. Perdóname, normalmente me acuerdo de todos los nombres.

Ups.

Niego con la cabeza, pensando rápido.

—No, no, es que sigo la pastelería en Instagram. Te conozco por las fotos.

—Ah, bueno —⁠sonríe, inclinándose ligeramente⁠—. Me alegra que las bobadas que subo te han dado hambre y animado a venir. Encantado de conocerte... —⁠me tiende la mano.

—Clark —⁠respondo, estrechándosela.

—Encantado de conocerte, Clark —⁠me sonríe y se aleja.

Me gustaría que no me hiciera tanto daño que me considere un completo desconocido.

Vuelta al trabajo.

Aunque no me apetece nada meterme en el pozo sin fondo de los conspiranoicos con gorros de papel de aluminio, sé que debería volver a echar un vistazo a las páginas más locas sobre bucles temporales. Con un poco de miedo, empiezo a teclear hasta que llego a un blog que ya he visitado antes.

Vamos allá.

La mayor parte del contenido de LaVerdadRealmenteEsta AhiFuera.net es tan fiable como nos podemos imaginar. Hay fotos de supuestos marcianos cenando al fresco junto a un puestecillo ambulante en Oregón (se ve perfectamente la cremallera del disfraz de extraterrestre de uno), una explicación detallada repleta de falacias que supuestamente «demuestra» que las fotos de la llegada a la Luna las montó un multimillonario alemán y un mapa detallado de los hábitos migratorios de Bigfoot.

Drops of Time TogetherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora