Sueños compartidos, corazones conectados.
La búsqueda de Ophelia sobre ese misterioso chico que habita en sus sueños la llevará a descubrir la verdad sobre su destino.
La Reina Narissa se sentó en su sillón o como ella solía llamarlo, su trono, con Ophelia frente a ella.
_Mi querida hija, es hora de que sepas sobre el plan que he estado tramando- Exclamó Narissa con una sonrisa arrogante.
_Mal, Jay, Evie y Carlos. Fueron seleccionados para asistir a una nueva escuela en Auradon, al igual que tú.
Ophelia se sorprendió.
_¿A Auradon? Pero madre, ¿por qué?
Narissa se inclinó hacia adelante.
_El tonto príncipe tiene como plan hacer buenos a los hijos de los villanos, mí cielo, Maléfica tiene un plan para robar la varita del hada madrina. Y necesito que tú te adhieras a ese plan.
Ophelia frunció el ceño.
_¿Y por qué debo hacerlo?- A Ophelia no le gustaba el rumbo que estaba tomando la conversación, sabía que esto no era nada bueno.
Narissa se levantó y se acercó a Ophelia.
_Porque, mi querida, cuando Mal consiga la varita, tú se la robarás a ella. Y me la traerás a mí.
Ophelia se sorprendió aún más.
_¿Un cambio de planes? ¿Por qué?
Narissa sonrió de nuevo.
_Veras hija, Maléfica no es la única que busca poder y todos sabemos que si consigue la varita será solo para ella. Y si no haces lo que te digo, habrá consecuencias. Consecuencias que no quiero que sufras, querida.
Ophelia asintió lentamente, comprendiendo el plan de su madre.
_Entendido, madre. Lo haré.- Sabía que esto no era nada bueno, pero no podía oponerse a las decisiones de su progenitora, siempre que lo intentaba las cosas no salían bien.
Narissa sonrió, satisfecha.
_Excelente. Ahora, ve y prepárate para tu viaje a Auradon. Y recuerda, el plan debe seguirse al pie de la letra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
