Historias cortas para que el fandom no se extinga
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-Au's o oneshots de la trama principal de MURDER DRONES
-Puede contener ships
-Puede contener temas que pueden ser sensibles
-No se busca ofender a nadie, ni...
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—Nuzi human/angel au
—Inspirado en el cristianismo, no sé busca ofender a nadie ni a la religión
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La luz de la Luna ya se encontraba en el cielo, mas aún no podía iluminar este edificio. En estos momentos, el Sol sigue siendo protagonista de la última hora que le queda a las aprendices de monja para irse al convento a terminar el día.
Una chica, Uzi, observaba el atardecer mientras escapaba de la realidad. Era hermoso, algo que le parecía extraño debido a la situación del mundo. Sus padres la enviaron allí,no porque ellos quisieran que fuera una monja, si no por miedo. El convento era de los pocos lugares seguros contra los enemigos de la iglesia, bestias corruptas por entidades desconocidas que causan conflictos y guerras, y que solo quieren acabar con todo poder de la iglesia. Por eso, la iglesia decidió refugiarse a las afueras de la ciudad, formando conventos y ministerios a lo largo del mundo.
Pero aunque Uzi estuviera en un lugar seguro, tenía miedo. ¿Cómo se encontraba su familia? ¿Estarán bien? Su mente solo podía preocuparse cada día por ellos, y ese miedo la consumía cada vez más. Ya habían pasado dos meses desde que ingresó al convento e escuela de hermanas de Santa Teressa, y sus padres nunca respondieron a ninguna de las cartas que ella les envió. Ese miedo solo podía crecer y crecer cada día que pasaba.
Pero su compañera la sacó de sus pensamientos.
—Uzi, ya es hora de irnos al convento. Oh, y Lizzy me ha contado que oyó de los superiores que hoy por fin no tocará ayuno, así que nos pondrán de cenar pescado. Después de tanto tiempo, la verdad se me hace la boca agua...–le comentó su compañera, Doll, a Uzi.
—Oh,entonces démonos prisa. ¡No puedo esperar a cenar algo así hoy!
Ambas chicas recogieron rápido y salieron de la institución. El trecho hasta el convento no era muy largo. Era una pequeña caminata por unas jardines que se dice plantaron los dioses de antaño, y que son una maravilla del mundo. Aunque Uzi no cree eso.
Mientras se aproximaban hacia el convento, Uzi accidentalmente chocó con Thad, un estudiante de monje que había ido a visitar los jardines tras salir del monasterio.
—Oh, ¡perdona Thad!–se disculpó Uzi hacia el chico.
—¡No es nada,Zi! Lo importante es que tú y Doll os encontréis bien.–respondió el chico.
—Thad,¿qué haces dando vueltas a estás horas? ¿No es hora de cenar también en el monasterio?–cuestionó Doll dubitativa.
