Capítulo 10: Revelaciones Inminentes

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El café Familia, normalmente un lugar de tranquilidad, ahora estaba envuelto en una atmósfera cargada de tensión. Hayato, aún frente a Tohka y Kurumi, se encontraba en una encrucijada. Había pasado tanto tiempo intentando dejar atrás su pasado, pero los fantasmas de su vida anterior no lo dejaban en paz.

Shiragiku, Ouka, Riho, y Ami observaban expectantes. Ninguna de ellas podía entender completamente la situación, pero todas sabían que lo que estaba a punto de revelarse cambiaría algo en la vida de su querido jefe.

Kurumi, con su inconfundible sonrisa, fue la primera en hablar de nuevo. "Ah, Shido, parece que has estado llevando una vida bastante tranquila aquí. Es casi un poco aburrido, ¿no crees?"

Tohka, aún con una mezcla de confusión y angustia, dio un paso adelante. "No entiendo... ¿por qué estás aquí y no con nosotras? Todo lo que vivimos juntos... ¿lo olvidaste?"

Hayato bajó la mirada, sintiendo el peso de sus palabras. Era difícil enfrentar a las chicas que una vez habían sido tan importantes en su vida pasada como Shido Itsuka. No era que las hubiera olvidado, pero este nuevo capítulo de su vida lo había absorbido completamente.

"Tohka, Kurumi..." comenzó lentamente, buscando las palabras correctas. "No es que las haya olvidado. Es solo que... no soy el mismo de antes. Esta vida es diferente."

Ouka, siempre directa, frunció el ceño. "Esto es ridículo. ¿Vas a seguir con esta vaguedad o nos vas a decir la verdad de una vez?"

Riho, que hasta ahora había mantenido su calma característica, asintió. "Sí, jefe. Ya no puedes seguir ocultando lo que sea que esté pasando."

El silencio se extendió por el café mientras Hayato reunía el valor para contar la verdad. Todos sus compañeros de trabajo esperaban una explicación, y él sabía que merecían saberlo.

"Lo que les voy a decir suena... imposible," comenzó, mirando a cada uno de ellos. "Pero tienen que creerme. Antes de ser Hayato Kasukabe, tuve otra vida. Mi nombre era Shido Itsuka, y viví en un mundo donde existían entidades llamadas Espíritus."

Las expresiones de incredulidad no tardaron en aparecer. Shiragiku lo miraba con los ojos muy abiertos, mientras que Akane cruzaba los brazos, claramente escéptica. Ami, sin embargo, parecía más intrigada que confundida.

Kurumi avanzó un poco más, interrumpiendo el relato de Hayato. "Lo que dice es verdad, chicas. Él fue nuestro salvador, nuestro protector. Aunque parece que ha olvidado la responsabilidad que tenía."

Shiragiku, tratando de procesar lo que escuchaba, preguntó: "¿Espíritus? ¿Como fantasmas?"

Hayato negó con la cabeza. "No fantasmas. Seres de otro plano, con poderes extraordinarios. Su existencia ponía en peligro al mundo, y mi misión era salvarlas, o sellar sus poderes para que no causaran destrucción."

Las palabras flotaban en el aire, cargadas de una sensación irreal. Las chicas no sabían cómo reaccionar ante una revelación tan extraordinaria. Todo lo que sabían de Hayato era que era el joven que manejaba un café tranquilo en la ciudad. Ahora, les contaba que había sido parte de una guerra de dimensiones colosales.

Ouka, siempre la más pragmática, miró a Tohka y Kurumi con una expresión de desconfianza. "¿Y cómo sabemos que lo que dicen es verdad? Esto suena como algo sacado de una novela de ciencia ficción."

Tohka, aún con sus emociones a flor de piel, replicó con firmeza. "Es la verdad. Hayato, o Shido, fue quien nos salvó a muchas de nosotras. No puedes imaginar lo que ha vivido."

Kurumi añadió, en su tono habitual: "Puedes cuestionarlo todo lo que quieras, pero los recuerdos de él no mienten."

Ami, que hasta ese momento había permanecido callada, decidió intervenir con su peculiar entusiasmo. "Esto es increíble... entonces, ¿Hayato fue como un héroe? ¡Nunca lo habría imaginado!"

Hayato rió débilmente ante las palabras de Ami, pero su mirada rápidamente volvió a volverse seria. "Sí, pero no me veo como un héroe. Solo hice lo que era necesario."

El ambiente seguía lleno de tensión, pero poco a poco las chicas parecían aceptar, al menos en parte, lo que estaban escuchando. Shiragiku se acercó un poco más a Hayato, con una expresión preocupada en su rostro. "Entonces... ¿todas esas cosas que has estado ocultando tienen que ver con esto?"

Asintió, sin apartar la mirada de ella. "Sí. No es fácil hablar de ello, pero en algún momento sabía que tendría que hacerlo."

Ouka suspiró, sacudiendo la cabeza. "Esto es una locura, pero supongo que si hay algo de verdad en todo esto, vamos a necesitar más explicaciones."

Antes de que Hayato pudiera continuar, Kurumi habló con un tono más sombrío. "Shido, o Hayato, no importa cómo prefieras llamarte. Solo recuerda que aunque trates de huir de tu pasado, él siempre te encontrará."

Tohka, más afectada emocionalmente, también dijo en voz baja: "Lo único que queremos es entender por qué te fuiste. Por qué no estás con nosotras."

Hayato sintió la carga de sus palabras. Su vida se había dividido en dos partes, y ninguna parecía poder coexistir pacíficamente. El peso del pasado estaba sobre él una vez más, y mientras miraba a sus compañeras actuales y a los espíritus del pasado, supo que tendría que encontrar la manera de reconciliar ambas partes.

Pero justo en ese momento, la puerta del café se abrió de nuevo, y una nueva figura entró, con una expresión seria en su rostro. Riho fue la primera en notar la nueva presencia.

"¿Otra conocida tuya?" preguntó con tono sarcástico, pero había una tensión en su voz que no podía ocultar.

Hayato giró para ver quién era, y al instante reconoció la figura. Era Kotori Itsuka, su hermana pequeña de su vida pasada, con su inconfundible cabello rojo atado en una coleta alta y su mirada decidida.

"Shido..." murmuró Kotori, caminando directamente hacia él. "Parece que hemos llegado justo a tiempo."

La atmósfera en el café se hizo aún más espesa. El pasado que Hayato había tratado de dejar atrás había llegado completamente, y ahora no había forma de escapar de él. Sus dos vidas se cruzaban de manera irreversible, y lo único que quedaba era enfrentar el futuro con la verdad a cuestas.

Renacimiento de un Héroe: Entre Espíritus y CaféWhere stories live. Discover now