CAPITULO XV

59 6 2
                                    

Nota: en este capítulo me puse un poco cursi, pero es necesario para que nuestros personajes principales comiencen a tener una buena relación a partir de ahora. Si se preguntan si esto es enemies to lovers, la respuesta es NO. El enemies to lovers estará destinado para otra pareja.


Pero esa vergüenza y ese miedo lograron transformarse en una apreciación

El sol de la mañana se instala débilmente en la alcoba y mi cuerpo desnudo se encuentra rodeado por las sábanas. Me enderezo en la cama con dificultad y siento como si una carroza me hubiese pasado por encima. Siento el cuerpo entumecido y mallugado. Aún percibo ese olor a humedad sobre mí y me siento terrible.

Doy un rápido recorrido con mi vista a la habitación y me doy cuenta que Tarren no está, lo cual es un alivio. No quiero verle la cara después de haberme hecho pasar tanta vergüenza anoche. Incluso recuerdo aquellas palabras que me dijo justo antes de desvanecerme:

<<Durante años soñé con este momento, había estado sufriendo por este tipo de provocaciones en mi mente. Incluso estando en el castillo del rey Jared solo pensaba en esto, en tocarte y tenerte entre mis brazos. Y no me voy a detener hasta llenarte de mí completamente>>

<<Dios santo>> aunque me haya tomado a la fuerza no puedo evitar sonrojarme por esas sucias palabras. ¿Será cierto que estando lejos pensaba en mí de esta manera?

Se comportaba de una forma tan seria cuando en el fondo solo ha querido esto. Tenerme.

Sigo observando el dormitorio a través de las cortinas transparentosas del dosel. Me arrastro hasta la orilla y me pongo de pie, pero rápidamente me tambaleo volviendo a sentarme. Tengo las piernas débiles como para sostenerme como debería. Igual no puedo quedarme así mucho tiempo, debo darme un baño para quitar tanta suciedad de mi cuerpo.

Con mucho esfuerzo me dirijo hacia el baño y allí encuentro agua limpia en la tina lista para usar. De seguro Makenna la subió cuando aún seguía dormida. Sin esperar más me meto a la bañera y allí me quedo por largo rato. Me echo agua en el rostro y en el cabello para después pasar el jabón por mi piel. El agua se siente tan reconfortante que cierro los ojos automáticamente por el cansancio que aún siento. Me quedo un rato allí dejándome vencer por el sueño, pero inmediatamente reacciono.

¿En qué demonios estoy pensando? Si me duermo aquí lo más probable es que me ahogue, ¿y qué diría la gente al enterarse de la causa de mi muerte?

Qué horror, eso sería estúpido y vergonzoso. Sería el tema de conversación de todo el mundo. Sería una burla.

No sé cuánto tiempo ha pasado desde que entré al baño, ¿Quizás veinte minutos? ¿Cuarenta minutos? ¿Una hora? ¿O tal vez dos? No lo sé, pero, aunque me invada ese tipo de pensamientos no quiero salir de aquí nunca.


***

Cuando termino de asearme, me pongo una bata y me dirijo al guardarropa. Escojo un vestido rosa pálido y empiezo a ponérmelo. Me posiciono frente al espejo para ver las cintas del corset y amarrarlo yo misma, ya que la joven Makenna no está para ayudarme como suele hacerlo, y que por cierto no la he visto. <<¿Tan ocupada está?>>

Me quedo perpleja cuando miro mi reflejo. Mi piel está maltratada y varios moretones se visualizan por mi cuello, hombros y pecho. Reviso mis brazos y allí veo marcas rojas al igual que en mis muslos.

Estaba tan absorta en mis pensamientos que no me di cuenta que tenía esto mientras me bañaba.

—Dios mío, pero qué demonios me hizo. —digo frente al espejo con una expresión perturbadora.

UN TOQUE DE FELICIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora