Chicas, aquí el capítulo 3 espero les guste...
Quería recordarles lo importante que es para mí sus votos y comentarios por párrafo, así podré saber que piensan si le está gustando o que les gustaría cambiar algo de la trama.
Sin más, disfruten el cap.
Hades
—¿Vas a hablar o no? —le digo, mientras arrastro una silla y me siento frente a él, cruzando los brazos.
El hombre que tengo delante tiene todos los rasgos clásicos de un ruso: alto, corpulento, con pómulos marcados y una boca ensangrentada que delata los golpes que ha recibido. Me observa con rabia pura, jadeando entre gruñidos.
—¡Maldito! —grita, escupiendo sangre al suelo.
No me inmuto. Estamos en la parte inferior de mi discoteca, Lust, un lugar que me regaló mi padre cuando cumplí quince años. Lo que él no sabe, o prefiere ignorar, es lo que realmente sucede aquí abajo. Nada de lo que pasa en este subsuelo tiene su autorización. Y eso me viene perfecto.
Lo observo por un momento más, disfrutando de su resistencia. Sé que hablará, todos lo hacen eventualmente. Cruzo una pierna sobre la otra, relajado, como si este tipo de situaciones fueran mi día a día. Y lo son.
—Voy a darte una última oportunidad —le digo, en voz baja y fría, como un cuchillo afilado—. Dime quién te envió, y tal vez te deje ir con la lengua intacta.
El ruso me lanza una mirada de odio puro, como si deseara arrancarme la garganta.
Resulta que en un par de semanas me caso con Valka. Y, aparte de ser un maldito estorbo, no estoy viendo ningún beneficio en este acuerdo. Rusia sigue haciendo lo que le da la gana, y entre más tiempo pasa, más poder acumulan. Eso no me gusta, ni un poco.
—Te diré algo —le digo, deshaciendo la posición relajada en la que me encontraba—. Hay dos lindas morenas allá arriba esperándome para comérmelas, y tú me tienes aquí perdiendo el tiempo.
Descruzo las piernas y los brazos. El ruso me mira con odio puro, pero no dice nada. Ese silencio me agota.
—Así que... —Le hago una señal a uno de mis hombres—. Vamos a adelantar el proceso.
Uno de ellos se acerca y reparte máscaras entre todos los presentes, menos para nuestro "invitado". Otro trae un tanque con ácido, lo suficientemente grande como para que su contenido lo haga pensar en lo que está por venir. Me coloco la máscara, el rostro frío y sin emociones mientras el hombre destapa el tanque.
El ácido, una sustancia viscosa de color verde oscuro, empieza a burbujear con un sonido sordo, casi amenazante. El olor penetrante llena el espacio, y veo cómo el ruso arruga la cara cuando le llega a las fosas nasales.
La tensión en el aire se hacía más densa con cada palabra. Mis hombres estaban expectantes, sabían que cuando me ponía de buen humor, alguien pagaba caro por el entretenimiento.
—¿Todos conocen aquí el juego del horcado? —pregunto, levantando las manos, girando sobre mi eje.
Uno de mis hombres se adelanta: —Sí, señor. Es cuando deben adivinar la palabra, y si no aciertan, pierden partes.
Chasqueo los dedos en su dirección. —Tendrás un bono por tu respuesta —debo aceptar que hacer esto me pone de buen humor.
—Como no tenemos una cuerda para colgar a nuestro amigo aquí, vamos a utilizar este tanque de ácido que nos cruzó de venida. —Camino lentamente hasta el hombre, que está inmóvil y atado, el sudor le cae por la frente como si ya pudiera sentir lo que le espera.
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OSCURIDAD [ 2DO LIBRO]
RomanceSegundo libro de la trilogía Vespertino, en este libro, Hades no se obsesiona con Perséfone, sino con Medusa. Desesperado por no poder vivir sin ella, Hades regresa del inframundo, forzando a Medusa a vivir bajo su odio y su implacable deseo.