Weakness | • Daryl Dixon +18

∞ 𝟙𝟠

𝒟 | 𝒟𝒶𝓇𝓎𝓁 𝒟𝒾𝓍ℴ𝓃

Desperté son el sol deslizándose por la ventana, con el cuerpo agotado y la mente turbada. La primera señal de que Jade no estaba a mi lado me sorprendió. Me sentí decepcionado al descubrir que ella se había ido sin decir nada más. Busqué a tientas la nota sobre la mesita de noche y, al desdoblarla, leí sus palabras con creciente preocupación:

"Daryl, lo mejor es que sigamos manteniendo la distancia que hemos tenido hasta ahora. Lo que pasó anoche fue un error. Necesito tiempo para pensar y no quiero complicar las cosas.

Jade."

El mensaje era claro, y aunque lo entendía, no podía evitar sentir un vacío. Jade no podía ser más que un simple desliz para mí; aunque siendo honesto, mis sentimientos por ella eran más complejos y profundos, incluso más de lo que sentía por Sophia.. Me sentía atrapado en una maraña de emociones que no sabía cómo desentrañar.

Decidí darme una ducha para despejar mi mente. Una vez que salí de la ducha, me vestí rápidamente y decidí que ya era hora de volver a casa. Seguramente Sophia había intentado comunicarse conmigo y ahora, estaría como loca. Cogí mi móvil, y para mi sorpresa Sophia no había marcado ni una sola vez. Era extraño, ya que ella solía llamarme siempre o bien, mensajear. Tampoco puedo negar que fue un alivio, últimamente me había estado sintiendo en una toxicidad constante departe de ella. Marqué su número, sonó y no hubo respuesta. Marqué nuevamente, y nada. Así me mantuve por al menos unos cinco minutos, comencé a preocuparme, ella respondía siempre. Marqué una vez y contestó.

—Cariño — dijo tratando de disimular su voz cansada — Perdona, no escuché el móvil

—Tranquila, solo que no me llamaste anoche — pregunté, mientras terminaba de arreglarme

—Oh, si — dijo algo nerviosa — Es que... llegué con mucho sueño, y me dormí enseguida

—Está bien — respondí, mientras cogía mi abrigo y salía de la habitación — Yo voy saliendo para allá, ¿quieres algo de camino?

—¿Cómo?, ¿tan pronto? — preguntó exaltada

—Sí... te dije antes de venir que era un viaje corto, ¿no me pusiste atención? — bromeé

—Ay, que tonta soy — dijo riendo — Claro que sí, lo recuerdo, nos vemos aquí entonces

—¿Podría pedirte que prepares esa comida que tanto me gusta? — pregunté, mientras iba en el ascensor, mirándome en los espejos

—Claro, cariño, lo haré — respondió en un tono neutral

—Muchas gracias amor, nos vemos entonces — dije casi en piloto automático, mientras caminaba hacia el estacionamiento para encontrarme a mi auto

—Nos vemos, te amo

—Y yo a ti —respondí

¿Realmente era así?

Corté la llamada con Sophia y subí al auto, decidido a hacer una parada en la discoteca antes de regresar a casa. No podía ignorar lo que había pasado la noche anterior, y necesitaba revisar las grabaciones para comprender mejor la situación. Me dirigí a la discoteca con el ceño fruncido, y al llegar, los porteros se apartaron de inmediato al reconocerme.

Entré y el gerente, un hombre bajo y nervioso que ya me conocía, se acercó con rapidez.

—Señor Dixon, buenos días. ¿En qué puedo ayudarlo? —preguntó con una voz temblorosa que delataba su nerviosismo.