Preludio al caos

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"Esto no es bueno...". Pensó Itachi preocupado pero manteniendo un rostro inexpresivo ante la profesora Mcgonagall

"¿Se encuentra todo bien profesora Mcgonagall". Preguntó Itachi de manera cordial a la profesora que los miraba expectante. "Iremos ahora entonces". Dijo Madara con una pequeña sonrisa en su rostro

La profesora Mcgonagall estaba algo confundida. Normalmente los estudiantes se asustaban o mínimo se preocupaban cuando el director solicitaba hablar con alguno de ellos, pero los hermanos Black estaban relajados e incluso contentos

"Así es señores Black. Acompáñenme". Dijo manteniendo su expresión severa, volteando y dirigiéndose hacia la oficina del director de Hogwarts, Albus Dumbledore. Ambos hermanos se miraron y asintieron

Caminaron a través del castillo, subiendo incontables escaleras y recorriendo los amplios corredores vacíos hasta que se detuvieron enfrente de una aterradora estatua de una gárgola de piedra encima de una plataforma.

"¡Sorbete de limón!". Exclamó la profesora Mcgonagall con autoridad haciendo que la gárgola se animara moviéndose a un lado mientras que la pared de atrás se abría en dos.

A Itachi le causó gracia que esa contraseña era la usada para entrar a la oficina del director.

"Hmph". Dijo Madara en tono divertido

Detrás del muro había una escalera de caracol que subía lentamente hacia arriba, como si fuera mecánica.

Se subieron a él guiados por la profesora McGonagall, la pared volvió a cerrarse tras ellos con un golpe sordo. Subieron más y más dando vueltas, hasta que al fin vieron como ante esta había una reluciente puerta de roble, con una aldaba de bronce en forma de grifo. La profesora Mcgonagall tocó la puerta, haciendo que esta se abriera automáticamente. Ella dijo que esperarán antes de retirarse por la misma puerta con la misma expresión severa

Ambos hermanos avanzaron por la amplia sala observando con curiosidad. El director no se encontraba en su amplio escritorio

Era una sala circular, grande y hermosa, en la que se oía multitud de leves y curiosos sonidos. Sobre las mesas de patas largas y finísimas había objetos, algunos extraños y otros que los hermanos ya habían visto antes. En las paredes habían retratos de antiguos directores, que dormitaban encerrados en los marcos adornados con diseños intrincados. Había también un gran escritorio con pies en forma de zarpas, y detrás de él, en un estante, un sombrero de mago ajado y roto: era el Sombrero Seleccionador. Al fondo habían unas escaleras de madera pulida que llevaban a otra sección de la oficina del director

"Es como la habitación de los abuelos pero más colorido". Dijo Itachi observando los artefactos con curiosidad

"Aunque hay cosas que no conozco de aquí". Dijo Madara mirando con atención a una esfera azul que levitaba encima de una pequeña mesa de roble circular.

De repente escucharon unos peculiares chirridos provenientes a la esquina de la puerta.

Los hermanos voltearon por instinto hacia la dirección de donde provenía este sonido. Lo que vieron fue una pequeña ave adornada de vistosas plumas rojas y doradas. Está los observó de vuelta con curiosidad.

"¡Es un fénix, una criatura mágica que renace de sus cenizas!". Dijo Itachi con auténtica emoción

De repente escucharon como alguien bajaba las escaleras aledañas con calma

"Así es señor Black, son criaturas majestuosas, hace unos días renació, así que aún es pronto para verlo en su máximo esplendor aún es un bebé". Dijo Dumbledore con amabilidad a los dos hermanos

Renacer: una nueva oportunidad en el mundo mágicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora