The Bad Batch: Realidad alterna

El baile de Omega

Era fin de semana, y el departamento del Bad Batch se sentía más relajado. El aroma de pizza recién salida del horno llenaba el aire mientras todos se reunían alrededor de la mesa para almorzar. Omega, sentada entre Hunter y Tech, miraba a sus hermanos con una sonrisa divertida. Estaba ideando algo, y ese era el momento perfecto para plantearlo.

—Oigan —comenzó, capturando la atención de todos—, ¿se acuerdan del baile de verano que se organiza en mi escuela? Es hoy. —Sus ojos brillaban con entusiasmo—. Y estaba pensando... puedo llevar chaperones, y pensé que ustedes podrían venir conmigo. ¡Sería divertido!

Hunter levantó una ceja, medio sorprendido, pero notó la emoción en el rostro de su hermana pequeña.

—¿Quieres que vayamos al baile contigo? —preguntó, tratando de asegurarse de que había escuchado bien.

Omega asintió con fuerza.

—Sí, sería genial. Además, sería un buen descanso después de todo lo que han entrenado. No tienen que bailar, solo estar allí por si acaso —agregó con una enorme y sospechosa sonrisa. —Además los padres de muchos de mis compañeros no podrán ir por su trabajo, hay bastante espacio para ustedes entre los padres.

Wrecker ya estaba sonriendo ante la idea.

—¡Claro, pequeña! No hemos estado en un baile antes, pero suena divertido —dijo entre bocados.

Echo y Tech intercambiaron miradas, ambos ligeramente más cautelosos. Sin embargo, al ver la emoción en el rostro de Omega, también asintieron.

—Está bien —aceptó Echo—. Supongo que ir no será tan malo.

Crosshair, más reservado, solo dio un pequeño asentimiento, pero Omega lo tomó como una victoria. Con todos sus hermanos a bordo, su plan apenas comenzaba.

Después del almuerzo, Omega subió rápidamente a su habitación, tomó el teléfono y llamó a Robbie. Cuando esta contestó, Omega se apresuró a soltar su idea.

—¿Hola? —Respondió la pelirroja.

—¡Robbie! —exclamó—. Oye, estaba pensando... ¿Qué tal si tú y tus amigas vienen conmigo al baile de verano? Necesito chaperones y mis hermanos no podrán acompañarme...

Robbie se mostró encantada con la idea.

—¿Un baile de verano? ¡Suena increíble pequeña! Seguro que Anika, Jojo, Gigi y Sophie querrán ir también —respondió con entusiasmo.

Lo que Robbie no sabía era que Omega tenía un plan más elaborado en mente. Sin mencionar que sus hermanos también irían, Omega se despidió, emocionada porque el plan estaba en marcha. Si todo salía bien, el baile sería el escenario perfecto para que todos volvieran a encontrarse, aunque esta vez, en un ambiente mucho más divertido... y quizás un poco más romántico.

La rubia se dejó caer en su cama, sonriendo para sí misma. Con un poco de suerte, la noche del baile sería una que sus hermanos y las chicas jamás olvidarían. Aún recostada en su cama, no podía dejar de sonreír mientras pensaba en ello. No era solo la emoción lo que la hacía tan feliz; había una idea aún más entretenida en su mente: la posibilidad de tener cuñadas. Imaginaba a esas chicas tan agradables y cercanas a ella, volviéndose parte de la familia. La idea la hacía reír, aunque trataba de no imaginar demasiado para no asustarse con lo improbable. Pero, ¿quién sabía?