Gemini había cumplido con su palabra y se había levantado temprano para pasar a la cafetería de Fourth antes de dirigirse a su trabajo. Su lobo había molestado toda la noche, haciéndolo sentir como león enjaulado sin saber qué hacer ni qué decir, por lo que tan pronto como la alarma sonó, se dispuso a levantarse. Eligió un traje de color café, terminando de abotonar la parte superior del conjunto cuando salió de su casa hacía el automóvil, demasiado ansioso como para perder el tiempo estando sin moverse hacía la cafetería.
El camino fue rápido debido a la poca distancia que había entre los dos lugares, sin esperar a encontrar un lugar dónde estacionarse cuando salió del auto mientras el chófer aparcaba, atravesando la acera rumbo a la cafetería.
Ese día el local se veía calmado, un par de clientes consumiendo ya en la parte de adentro y otros pocos saliendo con sus órdenes en mano. El peli morado se abrió paso entre las mesas hasta llegar al mostrador, y no fue hasta que vio a otro chico detrás de la caja que se dio cuenta de la falta del aroma del omega al que originalmente estaba buscando.
¿En dónde se encontraba?
—Buenos días, ¿Qué va a ordenar el día de hoy? —Cuestionó con una sonrisa, pero en su aroma se podía reflejar cierto temor ante su persona.
Gemini estaba soltando feromonas agrias debido a su descontento, por lo que trató de calmarse y enfocarse en el menú.
—Café negro.
—¿Sería algo más? Negó, sacando su tarjeta para pagar. Su limitante conversación no se trataba de un disgusto con el omega, simplemente su única intención de aquel día era ver al castaño que estaba acostumbrado a atenderlo, y al no verlo, se limitó a lo esencial.
—¿No gustaría probar una de las galletas especiales del día de hoy? Hay de diversos sabores. —Mostró la canasta que reposaba a un lado.
—Dame una de almendras. —Cuando el omega le tendió la galleta, decidió preguntar. —¿Dónde está Fourth?
El contrario se sorprendió ante su pregunta, aclarándose la garganta. —Él tomó el día libre por unos asuntos, no creo que venga a trabajar en los siguientes días.
Y era verdad, Dunk era consciente que el celo de Fourth estaría durando aproximadamente tres días, sin contar aquellos días donde aún se sentiría sensible con todo mientras los últimos efectos de la temporada salían de su cuerpo. Recordando ese detalle en la mañana, decidió mandarle un mensaje aún y cuando no recibiera respuesta sobre que él podría hacerse cargo de todo, sabía que para Fourth sería una gran pérdida mantener la cafetería cerrada por tantos días, así que estaría dispuesto a trabajar como normalmente lo hace para ayudarle de alguna manera a sobrellevarlo.
Gemini frunció el ceño, desconcertado con la información. ¿Qué lo tendría tan ocupado por tantos días? Su lobo gruñó en molestia y presenció como varios omegas reaccionaron al cambio de atmósfera, sus feromonas agriando el lugar a tal punto que parecía una mofeta espantando a todos con su olor amargo.
—¿Está todo bien con él?
Dunk dudó de qué forma contestar. —Sí, en lo que cabe. Él está bien, así que no hay por qué preocuparse, en unos días volverá a integrarse con normalidad.
Cuando se alejó para preparar el café, se apartó del mostrador hasta donde se hacía la entrega, con una espina de molestia sobre aquel dato. ¿Qué haría sin verlo por tantos días? Bien, sabía en dónde vivía porque lo había acompañado solo apenas la noche anterior, pero no creía conveniente hacerle una visita inesperada, ¿Y si había salido de la ciudad? ¿Y si se molestaba al verlo visitarlo? Ni siquiera sabía el número de su departamento, pero la inquietud no lo dejaría de molestar.
ESTÁS LEYENDO
coffee. - geminifourth
Fanfictiondonde Gemini, un alfa malhumorado y de semblante serio, se enamora del dueño de una cafetería, un omega risueño con un aroma atrayente y dulce para si, al comprar todos los días en el lugar, sin poder evitar detenerse con la intención de poder verlo...