-La madrugada había caído sobre Desembarco del Rey, y la comitiva real se alistaba para partir hacia Roca Casterly. El sol apenas asomaba por el horizonte, bañando de una luz tenue las murallas de la ciudad. El rey Robert Baratheon y la reina Cersei Lannister encabezaban el viaje, acompañados de su corte, algunos de sus hijos y varias escoltas. Entre ellos estaba Steffon Baratheon, el hijo pequeño de la reina, apenas un niño de cinco años, cuya risa y voces suaves resonaban con una inocencia que Daenys Targaryen no podía soportar.
-Daenys había sido testigo de la caída de su propia familia, la humillación, la traición, el destierro de su casa, todo lo que los Baratheon y los Lannister le habían arrebatado. Sus mellizos, los príncipes Rhaegar y Maekar, muertos en su cuna a manos de Cersei, seguían vivos en su corazón, en su memoria. Los matices de su dolor, siempre tan vivos, no la dejaban descansar. La pérdida de sus hijos no solo le había robado su paz, sino que la había transformado, llenándola de una furia implacable y de un vacío sin fin.
-Durante semanas, Daenys había luchado con sus pensamientos, pero ahora, al observar al pequeño Steffon jugar despreocupado en el campamento, sabía que no podía permitir que la estirpe de los Baratheon y los Lannister siguiera avanzando como si nada. Este niño es solo un símbolo de lo que han hecho a mi familia, pensó, y su muerte es el precio por la traición que nunca podrá ser reparada. En ese instante, Daenys tomó la decisión sin vacilar, sin mirar atrás.
-"Lo he perdido todo por ellos. Y él pagará por lo que hicieron. No importa su edad, no importa su inocencia. No me importa." El pensamiento resonó con una claridad que le heló la sangre. Sin remordimientos, sin contemplaciones.
-El viento comenzó a levantarse a lo lejos, arrastrando consigo el aire fresco de la mañana. El rugido de las bestias se escuchó apenas unos momentos después. "Los perros..." musitó Daenys. Aquellos perros, entrenados en el campamento, llevaban una furia salvaje dentro. Había dado la orden en secreto, bajo susurros, asegurándose de que nadie, ni siquiera sus sirvientes cercanos, sospechara de su intervención.
-Los perros fueron liberados en la oscuridad. Se desataron como sombras que acechaban, los ojos brillando con hambre. Nadie parecía advertir lo que se estaba gestando. Steffon, ajeno a la tragedia que se cernía sobre él, reía y jugaba con sus sirvientes. El niño corría de un lado a otro, mientras su madre, Cersei, y su padre, Robert, se mantenían conversando con los nobles en las carpas cercanas. La escena parecía tan tranquila, tan apacible, pero Daenys sabía que era solo una máscara.
-En pocos momentos, el silencio fue roto por los aullidos y gruñidos de los perros. Steffon gritó, un grito desgarrador que heló el alma de quienes lo oyeron. Los sirvientes, aterrados, intentaron alejar a los animales, pero los perros eran más rápidos, más salvajes. En un abrir y cerrar de ojos, el pequeño fue derribado, su cuerpo rodeado por los animales que se aferraban a él con rabia y violencia. La escena fue un caos: el niño pataleaba, intentando liberarse, pero los perros no daban tregua.
-"¡Steffon!" Cersei gritó desde la distancia, pero ya era demasiado tarde. Cuando ella llegó al lugar, el niño ya yacía en el suelo, sin vida, su pequeño cuerpo destrozado por las mordeduras de los animales. El grito de la reina retumbó en todo el campamento, desgarrando el aire con un dolor que era imposible de ignorar.
-"¡Robert! ¡Robert!" La reina se arrodilló junto a su hijo, abrazándolo contra su pecho, aunque su cuerpo estaba frío, sin vida. "¡Mi hijo! ¡Mi querido Steffon!"
-Robert Baratheon llegó en un instante. Al ver el cuerpo de su hijo, su cara se tornó una máscara de ira y desesperación. "¡Maldición! ¡Quién ha hecho esto!" rugió, sus ojos inyectados de furia. "¡No puede ser! ¿Por qué? ¿Por qué mi hijo?"
-Cersei no podía hablar más que de sollozos, mientras sostenía el pequeño cuerpo sin vida de Steffon. Robert se arrodilló junto a ella, buscando respuestas, mirando a su alrededor. "¡Maldita sea! ¡Alguien ha hecho esto, y pagará por ello!" Su voz era tan profunda que resonaba en todo el campamento, mientras ordenaba a sus soldados que tomaran medidas. Todos debían encontrar al culpable.
-El caos se desató rápidamente. "¡Aseguraos de que este crimen no quede impune!" Robert ordenó. "¡Nadie se va a escapar de esto!"
-Los hombres comenzaron a investigar el campamento, pero nadie sospechaba de Daenys, ni de su intervención. Nadie pensaba en ella, pues su rostro siempre había sido tan distante, tan apartado de la escena política y personal de los Baratheon y los Lannister. Sin embargo, Daenys observaba desde la sombra, sintiendo una fría satisfacción que no le duraría mucho.
-Los gritos de Cersei seguían, y Daenys, aunque en su corazón se sentía vacía, no podía evitar la sensación de que algo se había cumplido. La justicia, en su mente, había sido servida. Lo que nunca imaginó es que la venganza no la liberaría del dolor que la consumía, ni de la culpa que lentamente comenzaba a brotar de su pecho. La decisión estaba tomada, y no había vuelta atrás.
-En los días siguientes, la tragedia se convirtió en un murmullo constante en el castillo. Cersei lloraba, Robert estaba lleno de furia y sospechas, pero nunca descubrieron la verdad. Daenys, por su parte, se retiró a su tienda, tratando de contener la tormenta que se desataba en su interior. Había perdido a sus hijos, y ahora, aunque se sentía vacía, se daba cuenta de que nada podía devolverle lo que le habían arrebatado.
-El pequeño Steffon había muerto, pero no había consuelo en su muerte. La venganza había sido fría, calculada, pero no trajo la paz que Daenys deseaba. Mientras la corte de los Baratheon y los Lannister seguía adelante con su viaje, con el dolor marcado en sus rostros, Daenys Targaryen se enfrentaba a un vacío aún mayor: el peso de lo que había hecho, y la certeza de que nada podría llenar ese hueco en su corazón.
-Aquí tienes el capítulo ampliado, con más detalles sobre los sentimientos y las acciones de los personajes, especialmente el sufrimiento y la desesperación de Daenys, Cersei y Robert tras la muerte de Steffon.
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ENTRE SOMBRAS Y LLAMAS
Fiksi PenggemarDaenys Targaryen tendrá que afrontar las consecuencias de la caída de gran casa. Mientras vive rodeada de sus enemigos, tendrá que aprender a defender su posición.