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El crujido de la grava bajo los pies resonó en la noche silenciosa mientras Seungmin se acercaba a la casa tenuemente iluminada. El zumbido de la música distante se hacía más fuerte con cada paso. Había pasado una semana desde que se enteró de la traición, y la ira todavía ardía en su interior. No quería estar allí, pero Minho había insistido en que era hora de seguir adelante.

No estás pensando seriamente en entrar allí, ¿verdad? - La voz de Seungmin era tensa, no solía ir a las fiestas que hacían sus compañeros de facultad, pero prefería estar ahí que llorando en su casa.

Minho, siempre optimista, le dio una palmada en el hombro - Te divertirás, créeme. Además, es la fiesta de los hermanos Hwang. Todos hablarán de ella durante semanas. No querrás perdértela - Seungmin respiró profundamente, preparándose para lo que estaba por venir. La puerta se abrió y una ola de aire cálido y pegajoso salió corriendo para saludarlos.

Dentro, la fiesta estaba en pleno apogeo. La sala de estar estaba llena de cuerpos, y mesas llenas de alcohol. Las paredes estaban adornadas con luces de colores y carteles de bandas indie de las que Seungmin nunca había oído hablar.

La música estaba alta, pero no tanto como para que no pudieran escuchar las risas y el parloteo de los asistentes a la fiesta. El aire estaba cargado con el olor a alcohol y el leve toque de algo dulce, posiblemente una vela con aroma a vainilla que alguien había pensado en encender en un intento de ocultar los otros olores.

Mientras se abrían paso entre la multitud, los ojos de Seungmin escanearon la habitación, buscando caras familiares. Todo lo que encontró fue un mar de caras desconocidas, cada una aparentemente más distante e indiferente que la anterior. Era como si el universo hubiera conspirado para mostrarle que estaba realmente solo.

Minho tiró de su manga, señalando la pista de baile improvisada - Vamos, vamos a bailar. Te hará olvidarte de todo

Seungmin dudó, luego se dejó arrastrar hacia la masa palpitante de cuerpos. Cerró los ojos y dejó que la música lo inundara, tratando de perderse en el ritmo. Fue un intento inútil; sus pensamientos seguían volviendo a la terrible mala suerte que tenía en el amor.

La música subió de volumen, las luces estroboscópicas iluminando su rostro. Sus manos encontraron sus caderas y comenzó a moverse, el ritmo se filtró hasta sus huesos. No tenía idea de quién lo estaba mirando, pero no le importaba. Este era su momento para soltarse.

De repente, una mano lo agarró por la cintura, acercándolo más. Los ojos de Seungmin se abrieron de golpe para encontrar el rostro sonriente de Hwang Hyunjin a escasos centímetros del suyo. Los ojos de Hyunjin brillaron con una picardía que envió un escalofrío por la columna vertebral de Seungmin. Nunca antes había estado tan cerca del infame Hwang Hyunin, y ahora deseaba estar en cualquier otro lugar.

Hyunjin era conocido por ser el chico más deseado de la facultad, además tenía la reputación de acostarse con quien deseara y después botarles sin previo aviso. Seungmin solía verlo en los pasillos, pero jamás habían cruzado palabra.

¿Divirtiéndote? - gritó Hyunjin por encima de la música, su aliento caliente contra el oído de Seungmin.

Seungmin asintió, incapaz de encontrar su voz. El toque era eléctrico, y envió una oleada de confusión a través de él. ¿Por qué alguien como Hyunjin estaba interesado en él?

La canción cambió y las luces se atenuaron. El aire se volvió más pesado, cargado con una tensión que era palpable. La multitud se apretó más y Seungmin sintió el calor del cuerpo de Hyunjin contra el suyo. Seungmin se movía tímidamente, la presencia del pelinegro era intimidante.

Hyunjin se inclinó, sus labios rozando la oreja de Seungmin - Parece que te vendría bien un trago - dijo, su voz era un retumbar bajo que parecía resonar en el alma de Seungmin.

𝐧𝐨𝐢𝐬𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora