30

57 6 2
                                    

Suzuka pov:

¿Quién habría sabido que lo de hoy ocurriría? Creo que nadie, ni en sus más locos sueños pensaría eso.

-¿Me estás escuchando Su?- Moa movió la mano frente a mi cara.

-¿Qué?- sacudí la cabeza y la miré, se estaba terminando de vestir y me miraba confundida -¿Qué pasa?- ladeé la cabeza.

-Te estaba diciendo de bajar a desayunar y ni te inmutaste- se acercó a mí y se sentó en mis piernas -¿Qué te pasa? No te pones así hace años- acarició mi nuca.

-Estaba pensando en Yuki y en lo que podría ocurrir- sonreí apenada y besé su frente -Lamento haberme perdido así-

-Veremos que pasa y que hacer cuando venga, debes consentrarte en el aquí y ahora, no puedes comerte la cabeza así cariño- me dio un beso y se levantó, me tendió la mano.

Tenía razón, no podía estar pensando tanto en algo que todavía no ocurría ni se presentaba. Tomé su mano y bajamos al comedor, una montaña de comida parecía haberse formado.

-¿Por qué tanta comida, nos quieren engordar y comer a nosotros?- agarré un muffin con burla.

-Venía yo hermanita, obviamente debe haber suficiente desayuno para todos- Kenzo sonrió y me dio un abrazo de oso, levantando apenas mis pies del piso.

-¡¡Desayuno, desayuno, desayuno!!- los niños bajaban con la tarantela, en filita y todavía en pijama.

-Ya vinieron los monstruos come galletas- Moa sonrió divertida.

-¡¡Wow, cuanta comida!!- Kenji sonrió e iba a la carrera hasta la mesa, pero logré agarrarlo y quedó colgando como muñeco -Mami no, desayuno-

-Primero se saluda campeón, no puedes desayunar como cerdito sin darle a todos los buenos días- sonreí y besé su cabeza, aún tenía ese aroma a cachorro, a chocolate, tal y como Moa durante el embarazo -Mamá y yo te hemos enseñado buenos modales, debes ser un caballero-

Lo bajé y saludó a todos con su vocecita algo frustrada, sabía que le molestaba que no lo dejaran comer tranquilo, si me habré divertido de hacerle cosquillas en los piecitos cuando amamantaba y chillaba irritado.

-¿Ahora si puedo mami?- cruzó los brazos y levantó la ceja.

-No, todavía no- reí y le un golpecito en la frente -Esperas a que nos sentemos todos-

-Ya déjalo en paz- Moa rió y me golpeó el brazo con ternura.

-¿Te acuerdas cuando era bebé?- miré a mi novia y sonreí -No podías ni acariciarle el pelo que se enfurruñaba como un gato-

-Querría verte a ti con las encías de un bebé alrededor de tu seno, terminaba mordiendo y lo sabías- me señaló y yo solté la carcajada.

-Sino tienen dientes, ¿como te duele el pezón?- pregunté cerca de su oreja, ya eran temas más íntimos.

-Pues embarázame otra vez y probamos, ahí verás como unas simples encías de bebé pueden doler- me miró retadora.

-Conmigo no te quejas, yo soy cuidadosa- sonreí pícara -Y eso que soy un bebé grande- le hice ojitos.

-Ya cállate- me pellizcó el hombro y se sirvió café, volví a reír.

-No lo negaste, por lo que tengo razón- mordí el muffin divertida.

Todos empezamos a desayunar, entre risas, conversaciones varias y alguna que otra pelea por galletas o pan.

-No me vas a ganar princesa- intentaba aplastar el pulgar de Mayu.

Feromonas y Heroína (TEMPORADA DOS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora