ᗯᗩᑎTEᗪ ♡ || Iᑎᗩᘔᑌᗰᗩ EᒪEᐯEᑎ YᗩᑎᗪEᖇE × ᖇEᗩᗪEᖇ

ᑕᕼᗩᑭTEᖇ ᔕI᙭TEEᑎ

Haru ya había traído lo pedido por Kidou, empezando a ayudar a Ghina para que no se enferme.

Y a lo lejos estaba un pequeño diablito viendo la escena, Kogure estaba asustado por tal escena ¿Los del Raimon eran unos monstruos? Parecía que si.

Y pobre chica, la chica no había hecho nada malo y ese chico de cabello azul la había intentado ahogar.

Kogure se dió cuenta del terror que tenía la chica en sus ojos, miraba con miedo hacia los dos chicos que la estaban ayudando.

Kogure es una buena persona, incluso siendo un travieso y que no confía en nadie, no puede simplemente no ayudar a la pobre chica de lindos ojos.

Sin más que hacer, Kogure va hacia los arbustos para hacer ruidos que llamaron la atención de los tres jóvenes que estaban en la fuente.

"Vamos a ver Haruta" dijo Kidou levantándose del suelo y también dejando a Ghina a un lado.

El menor asintió y los dos fueron a ver los arbustos, encontrandose con un juguete de silicona gracioso que tenía en la frente un papel pegado diciendo: tontos🤡.

Les habían hecho una burla y cuando los dos se dieron la vuelta para buscar a Ghina, no la encontraron.

"¿Donde está?" Pregunta Haru a nadie en específico mirando a los alrededores.

Y Kidou mantiene el silencio, pero su rostro se estaba volviendo rojo de la rabia.

"¿Quien habrá sido el maldito que se atrevio a llevársela?" Dice en una fuerte voz, para luego pisar el suelo con fuerza.

Daba bastante miedo con esa aura tan intimidante.

Haruta solo gruñe, pues Ghina se había largado y ahora le tenía miedo, eso era una clara desventaja.

•••••

Ghina ahora estaba con Kogure, el chico travieso que lo había visto en la mañana haciéndole una broma a Takao.

"Gracias por ayudarme" Ghina agradeció mientras se envolvía más en la capa de Kidou.

Kogure cruzó los brazos y miro para otro lado, sus mejillas sonrojadas claramente.

"No lo hice por bondad, que quede claro, solo-" no termino de hablar al ver como la chica se había quedado dormida "solo descansa".

Con una frazada que tenía, la envolvió para que no le haga más frio y claro que quitó aquella capa que ya estaba empapada.

Y para Kogure, Ghina era la chica más hermosa que habría visto en su vida, nisiquiera su madre le llegaba a los talones de la belleza de la joven.

Era demasiado bella, mucho más que todas las mujeres del mundo, fue su último pensamiento del chico antes de echarse en el suelo para poder dormir.

Al día siguiente Ghina apenas había despertado, sus ojos pasaban al igual que su cuerpo, sentia bastante calor y a la vez escalofríos.

Se sentó en aquel futón improvisado dónde había dormido, no recordaba el porque estaba ahí pero después de frotarse un poco los ojos se acordó todo lo que había pasado anoche.

Busco con su mirada al chico que le había salvado, y para su sorpresa el chico estaba encima de sus piernas durmiendo agusto.

No lo despertó, uno, no tenía las fuerzas suficientes para hacerlo, dos, el chico se veía muy tierno.

Llevo su palma a su frente, para darse cuenta que estaba ardiendo en fiebre.

Oh, ese debe de ser lo pero que le habrá podido pasar en estos meses que ha llegado a Japón.