+21 La Legión de las Damas: El Precio Del Poder [Finalizada ✓]

Capítulo 2

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El pasado quiere volver

Al llegar a ese lugar tan reconfortante para mi, que es como si el tiempo se detuviera en mi vida. Es un acantilado que se enfrenta a la playa, donde las olas rompen con fuerza. Siento su energía vibrar en mis pies cada vez que el mar choca contra la roca.

Me acomodo al borde, deseando soltar tantas cosas que no sé cómo liberar. Cierro los ojos, buscando ese anhelo de dejar todo atrás en este sitio, sin tener que arrastrarlo conmigo. Contemplo como el sol se oculta en el horizonte y quisiera pedirle que se lleve mis tormentos, sin que regresen a mí.

Parece que han pasado horas desde mi llegada, cuando escucho a Víctor, el intrépido, acercándose a mí...

— Disculpe, señorita Sophia, sé que no le gusta que la interrumpa. — Evito mirarlo, temiendo que si le respondo, se lanzará al agua. — Sin embargo, su padre pregunta por usted. — Decido ignorarlo y me dirijo al coche sin mirarlo.

— Llévame a mi casa — le digo al conductor, quien cumple mi orden de inmediato.

Durante todo el trayecto, elijo mantener los ojos cerrados para evitar las miradas de los transeúntes.

Detesto enfrentar lo que me inquieta, especialmente cuando proviene de un extraño. Prefiero no someterme a emociones desconocidas, aborreciendo esa incomodidad que me resulta tan familiar, como si ya la hubiera sentido antes.

Llego a casa, me encuentro con miradas curiosas que esperan una explicación sobre mi ausencia. Sin embargo, decido ignorar sus interrogantes y me dirijo a mi habitación sin decir una palabra.

Una vez allí, cierro la puerta, me doy una ducha revitalizante y finalmente me dejo caer en la cama, permitiendo que el cansancio sea mi compañera en toda la noche.

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— Por favor, reduce la velocidad, tengo miedo. — Miro la carretera y luego a él, pero su expresión sigue oculta. — detente, sé que nos alcanzará. — Estoy muy asustada, pero él toma mi mano.

— Sophia, necesitamos huir de él, no nos dejará ser felices. — Besa mi mano, sus labios son tan suaves que me hacen estremecer. — Es por el bien de nuestro amor.

¿Quién es él? ¿Es el mismo desconocido de mi otro sueño? Este habla diferente, no puedo ver su rostro, parece estar borrado de mi memoria.

Intento recordar su nombre, pero no puedo. Una vez más, me encuentro en un abismo oscuro... escucho un sonido agudo a lo lejos.

¿Dónde estoy? Trato de abrir los ojos, pero siento una presión intensa. Mi nombre suena en mis oídos, abro los ojos y estoy en una habitación de hospital. ¡Dios mío! ¿Cómo llegué aquí? No puedo dejar que esto vuelva a suceder...

— Sophia, despierta, hija. — Ella llora mientras acaricia mi cabello. — Creí que te perdería. Miro a mi alrededo.

Observo la habitación con atención, mi cuerpo está tenso y mis músculos duelen. Experimento una presión intensa en la cabeza, y la angustia de ver a mi madre en esta situación lo empeora.

No puedo pronunciar palabra alguna, ya que un tubo bloquea mi garganta. Una enfermera me hace señas para que guarde silencio por ahora.

Poco después, un doctor llega para verificar mi estado. Llevan a mi madre fuera de la habitación... En este momento, no quiero verla, lo que me confunde, ya que a pesar de todo, la amaba.