CAPITULO 20

411 40 4
                                    


El ocultar cosas no era precisamente en lo que se distinguía Colin Bridgerton, y haber visto esa escena en el parque había provocado en él olas de celos, coraje, tristeza y amargura. Penélope se había quedado un rato platicando con Debling y eso hacia que su sangre hirviera, si bien, él no podía prohibirle que platicara con nadie, y menos aun con un caballero que se había enterado que hace un par de años la había pretendido, hasta casi hacerlo oficial, lo cual por alguna circunstancia que nadie sabía, no se había logrado.

Por la noche Colin llevo a los pequeños con Penélope, entre los dos los arreglaron, los acostaron y se quedaron ahí hasta que estaban dormidos

-Pen.. se que no me incumbe... pero.... ¿Ese Lord... te visitara?

- Evidentemente no te incumbe, pero la respuesta es Si, Alfred y yo nos conocemos desde hace poco menos de 3 años, somos amigos, y ahora que regreso de su viaje nos gustaría retomar nuestra amistad

- Sólo amistad verdad?....

- Como te dije, no te incumbe, si yo deseara ser algo mas.. creo que tengo derecho no crees? Además, Alfred es de mente mucho mas abierta que muchos Lords en esta sociedad, y creo que, si hablo con él, incluso podría entender mi "situación" sin recriminarme nada

- Entonces si te has imaginado con él? – Lo dijo en un tono mas arriba, mientras Penélope lo sacaba de la habitación de los pequeños toscamente

- No grites Colin! Los niños están dormidos!! Si tomo alguna decisión con gusto te la hare saber, por favor retírate, estoy muy cansada y necesito dormir – Salió de la vista de la pelirroja verdaderamente enojado, pero no con ella, si no con la idea de ella con otro hombre.

Pasaron casi dos semanas, todos los días era lo mismo: Penélope llevaba a los niños muy temprano a la casa Bridgerton, hermosamente arreglados, Amanda como una muñeca y Oliver un pequeño príncipe; después estaba unos momentos y se retiraba, alrededor del mediodía recibía la visita de Debling, siempre acompañado de regalos, se quedaba ahí por cerca de 2 horas, a veces incluso comía con ella; por la tarde Colin sabia que ella estaba inmersa en sus asuntos personales; en la noche llevaba a los niños con ella, los bañaban, los acostaban y los dormían, cruzaban un par de palabras o bromas y él se retiraba a su casa, todo era igual; no se habían permitido estar solos ni un solo momento, era muy peligroso, y preferían que su único punto de encuentro fueran esos momentos con esos dos seres que ambos amaban.

Esa madrugada se había quedado despierto, el saberla con Debling lo tenía desquiciado, lo había investigado por supuesto, sabia que era un excelente hombre, y sabia que la respetaba, y que en cierto momento le había profesado un amor, pero ella lo había rechazado, todo esto por boca de su hermana. Además de que también en LW habían hablado de él, Colin había logrado conseguir los Wishtledowns de dos años antes, donde se hablaba de Debling y Penélope; no le gustaba como escribía esa mujer, era venenosa, sarcástica, no le importaba nada, había hablado mal de Eloise, hablaba mal de Penélope, e incluso recordaba que en cierto momento había lanzado un comentario un poco oscuro de su ahora esposa – No me gusta esta mujer, si por mi fuera, que le Reina la encierre en un calabozo y nunca la deje salir –

Eran casi las 2 de la madrugada cuando salió unos momentos al jardín, no fumaba mucho, pero de repente era necesario, fue hacia el frente, como queriendo observarla, incluso tuvo la idea de ir a su recamara, pero se contuvo, ahí estaba él, parado frente a su casa, recargado en un pilastrón, apenas oculto por las sombras de las paredes. Momentos después un carruaje lo saco de sus pensamientos, era ese mismo carruaje que otras veces había visto, se paro muy cerca de la casa Featherington pero hacia la parte de atrás, el cochero comenzó a hacer señales con la lampara, minutos después la figura que había visto varios meses antes se subía al carruaje; espero y espero, ya serian casi las 4 cuando el coche llego nuevamente, al mismo lugar, la figura bajo y se interno en el jardín trasero. Recordó que las veces anteriores eran determinados días – Estaré preparado para la siguiente huida de esta persona, tengo que saber quién es –

Pasaron dos días, Colin ya estaba listo con su caballo, estaba escondido en una esquina pasando la casa Bridgerton, de ahí podía ver cuando llegaba el coche y toda la escena. Sucedió exactamente lo mismo, cuando la figura se subió y el coche comenzó su caminate, Colin los comenzó a seguir con discreción, no había tanta gente a esa hora, pero si la necesaria para mimetizarse y mas aun en caballo. Pasarían toda el área de Mayfair, poco a poco se fueron adentrando en la zona comercial, la zona de viviendas de los trabajadores, y no paraba el coche, estaba demasiado curioso, llegaron a la City, la peor zona de Londres si me lo permiten saber, ahí había de todo, desde delincuentes, mendigos, prostitutas... en fin... pero también había zonas de comercio, y fue en uno de esos comercios que se paro el carruaje, era una imprenta, grande para ser de esa zona.

La figura bajo del carruaje, dio 3 toques y le abrieron, ingreso; mediante un pequeño vidrio roto pudo ver cómo le entregaban unos papeles, el hombre asentaba con una sonrisa; cuando la figura se dio la vuelta para salir vio sus ojos – Pen! – Se quedo quieto, no quería que lo vieran, pero hubo algo que le helo sangre aún más – Por supuesto señorita, lo que sea por Lady Wishtledown- la pequeña asintió, se subió a su carruaje y retomo su camino. Colin estaba abrumado, ella era la infame escritora, la que no tenia piedad con nadie, ni siquiera con ella misma... pero Pen, su dulce Pen no era así, ella no hablaría mal de nadie... su cabeza daba vueltas; se dirigió a su casa, dejo el caballo, cruzo la calle y se interno en la parte de atrás de las Featherington, escucho cuando llego el carruaje, vio la pequeña figura bajar y dirigirse hacia él

-Buenos días Penélope, caminata a la luz de la luna?

- Colin!.... mmm... si, algo así, buenas noches – intento pasarlo, pero su cuerpo se interpuso entre ella y la puerta

- A dónde vas? Pensé que podríamos platicar, ya que no creo que te parezca indecoroso que platiquemos aquí, puesto que tienes muchos meses, o quizá años, tomando estas "caminatas nocturnas" no es así? – Abrió los ojos, la había descubierto, estaba segura!

- Muy bien Colin Bridgerton, dime lo que tengas que decir, este jueguito no me está gustando

- Vaya! Hasta que por fin dejas caer tu careta de inocencia e ingenuidad... qué te pasa Penélope??? Cómo es posible que te pusieras en peligro de esta manera? No mides tus acciones? Tienes idea de todo lo que te puede pasar? Cómo es posible que tu seas Lady Wishtledown... - su voz sonaba con furia, pero también con preocupación

- Lo siento mucho Colin, no es algo que tenga que andar soltando a diestra y siniestra por todos lados, ni siquiera a ti, por que se el peligro en el que te podría poner, LW soy yo, es lo que ha hecho que sobreviva estos años, lo que ha hecho que aspire a una vida mejor, ella es mi boleto a la libertad, y si me quieres llegar a pedir que la deje, de una vez te digo que no, ella y yo somos una misma persona... creo que estoy muy cansada, nos vemos mañana Colin

- No me dejes así! Ocupamos hablar!

- Estamos alterados los dos, mañana hablamos, te espero a las 5 en las caballerizas, ahí no nos molestaran – él la tomo del brazo bruscamente

- Por favor... Colin – sus ojos eran hermosos, él no podía negarles nada

- Esta bien, a las 5, si no estas entrare por ti

- A las 5

Entro a su casa, estaba muy cansada, ya mañana pensaría como abordaría el tema, por ahora tenia que descansar, ya eran las 4 y en menos de 5 horas ya tendría que estar en pie.

Colin aun iba perturbado por el descubrimiento y las palabras de ella, cuanto había cambiado su amor en estos años, aunque casi siempre llevaba ese rostro inocente, él siempre se había dado cuenta que ya no era esa joven que corría a escondidas de todos para robarle un beso o para entrar a su recamara, ya no era esa joven que se ruborizaba con el solo pensamiento de ellos a escasos centímetros, ya era una mujer que había madurado tempranamente con fuertes golpes de la vida, y era una mujer que no necesitaba de un hombre para sobrevivir... era una mujer, cuánto daría por ser parte de la vida de esa mujer – Pero primero tenemos que resolver lo de LW, tengo miedo por ti mi niña, mañana pondremos las cartas sobre la mesa-

Seduciendo a Lady WishtledownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora