El extraño suceso que esconde un telegrama
Durante estos días también aprendí a distinguir el dinero. Nunca me relacioné con la economía gracias a que mamá siempre se encargaba de eso. Nunca llegué a comprar nada hasta ahora. Poco a poco fui aprendiendo a administrar el palacio con la ayuda de Arnold, aunque todavía me falta mucho por aprender.
Me siento agotada por todo este ajetreo, pero vale la pena. La lluvia todavía cae y me encuentro cerca del jardín observando el cielo. Es de noche y ni una estrella se ve por el clima.
—¿Qué hacéis aquí afuera? —la voz de Tarren me obliga a mirarlo. Está empapado y lleva puesta una túnica oscura con capucha.
—Ya iba de regreso a la habitación. —miento. De pronto noto que bajo la túnica trae algo, pero no sé exactamente qué es.
—La próxima vez usa algo que te abrigue. Me preocupa que te resfríes.
—De acuerdo.
Me toma de la mano y nos encaminamos a la habitación.
—¿Y qué tal tu día? —me pregunta cuando vamos por el salón principal.
—Agotador. —resoplo.
—Veo que te estás esforzando mucho. —observa alrededor —Y te lo agradezco.
—Aún falta cosas por organizar, además es mi deber como esposa. Atender nuestro hogar. —me mira con su calidez.
—¿Y sabéis qué es lo que más me agrada?
—¿Qué? —le presto toda mi atención.
—Que no me volviste a ver con miedo como solías hacerlo. —me sonríe con ternura y se siente como un rayo de sol derritiendo mi piel fría.
—Eso es porque ya no te temo. Al principio pensé que mi vida iba a ser un infierno desde que supe que me iba a casar, pero ahora es todo lo contrario. —sonrío con los labios pegados.
—Es un alivio, porque la verdad creí que me ibas a odiar siempre. —confiesa —Desde que supe que me mirabas con miedo pensé que no llegaría hacer que me amaras. Siempre supe que la vida marital es supremamente sacrificada para una mujer porque no les permiten tomar sus propias decisiones, pero también supe que lo menos que se debe hacer como esposo es brindarles amor y cariño para que lo puedan sobrellevar. Por eso al principio me esforcé por tratarte de la mejor manera posible hasta que... —hace una pausa, pensativo. —Acabaste con mi paciencia y pasó lo que pasó.
Me echo a reír por la manera tan graciosa en que lo dice.
—Y gracias a lo que pasó comencé a verte diferente.
—Y eso es lo más extraño. Eres una chiquilla perversa.
—Y así me amas.
—Y también te adoro. —deposita un cálido beso en mi frente sin soltar mi mano. —¿Ya te he dicho que eres como un rayo de luz en un día nublado?
—No. —canturreo.
—Bueno, pues te diré que eres eso y mucho más, y a pesar de todo siempre le agradeceré a la Marquesa por haberme entregado a su hija.
—Yo también se lo agradezco. —le sonrío y me mira de una manera encantadora.
Nunca nadie me había mirado como lo hace Tarren, como si fuese su tesoro más preciado y temiera desaparecer si aparta su mirada de mí.
Ya estamos por el pasillo y antes de llegar a la alcoba hace algo inesperado. Me detiene dándose la vuelta hacia mí bruscamente y me extiende unas cinco ramas de flores.
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UN TOQUE DE FELICIDAD
FantasyDescubrid ahora la magia que os brinda el mundo, los misterios que posee y lo dispuesto/a que estáis por descubrirlos todos. Los secretos escondidos en estas páginas son un pase para aventuraros a un mundo lleno de fantasía y un poco de detonación i...