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19.

TaeHyung nunca le había preguntando si podía quedarse a dormir y básicamente vivir en su departamento, sin embargo, lo hacía, solía irse un día a la semana a su casa para lavar la ropa y ya. Kim le había dicho que no tenía buena relación con sus padres, así que por eso le había aceptado implícitamente.

Aunque no estaba seguro de sí a su compañero YeonJun le gustaba. Si TaeHyung no le había preguntado a él mucho menos se lo había consultado a Yeyo.

Un día, TaeHyung había amanecido un poco flojo, tenía una sola clase así que había preferido quedarse en casa para repasar otras cosas.

Cuando Park volvió a las horas después, sonrió al ver a su novio recostado en el sofá, con su pantalón puesto, sin camiseta y un lápiz en su oreja, mientras leía algo.

—Hola bebé. —sonrió, entrando a su departamento.

TaeHyung apenas le respondió en un murmullo, mientras tomaba su lápiz para anotar algo.

—SooBin me pregunto por ti —volvió a hablar, dirigiéndose a la habitación para dejar su mochila—. Le dije que estabas estudiando.

—Buen chico. —respondió Kim, levantándose del sofá para estirarse, soltando un bostezo luego de eso.

JiMin se acercó estirando sus labios, y el menor le sonrió dispuesto a recibir los besos en su rostro.

Volvió a tomar asiento en el sofá una vez su novio marchó a la cocina.

En eso, YeonJun entró al departamento también.

—Ah, ¡TaeHyung! —fue lo primero que dijo en tono enojado para cerrar la puerta con fuerza tras de él.

El nombrado alzó la vista, con sus ojos grandes y brillantes. Por otro lado, JiMin alzó una ceja.

—¡Otra vez estás aquí! Ponte una camiseta aunque sea si vas a estar en mi departamento. —habló irritado, para luego ir a su habitación, cerrando con fuerza otra vez.

Ambos chicos se quedaron en silencio por un minuto, pero luego Park negó suavemente.

—Alguien anda de malas, eh.

TaeHyung hizo un puchero, subiendo las piernas al sofá para abrazarlas contra su pecho.

—Hey, ¿qué pasa, cielo? —habló el mayor, sentándose junto al chico para rodearlo con sus brazos.

—¿Debería irme? —pregunto con el puchero aún en su boca.

JiMin acaricio su cabello.

—Creo que deberías hablar con Junnie y ya, él te adora de todos modos, solo ahora debe estar de malas.

El menor asintió, y se volteó para verle.

—¿Puedo quedarme aquí entonces?

—Claro, bebé, sólo debías preguntar. —contestó bajito el chico, y el menor se acercó a él para abrazarle,  escondiéndose en su cuello.

—Te quiero.

—Te quiero mucho más.

Luego de aquello, TaeHyung se levantó para colocarse alguna prenda, y se quedó en su ahora oficialmente hogar.