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20.

TaeHyung no podía dejar de removerse feliz en el sofá mientras observaba a SooBin y YeonJun estudiar en la cocina.

—Calma, gatito. —le susurró JiMin al oído, quien había notado lo emocionado que estaba su pareja.

—Es que son tan lindos.

Park río bajito cuando TaeHyung volteo a observarle con ojos brillantes y grandes.

—Hasta donde sabemos, a Soo no le gusta, así que...

TaeHyung chasqueó su lengua, no le gustaba hablar en murmullos, pero debía hacerlo para evitar ser escuchado por los demás.

—Seguro le avergüenza, Yeyo es muy chico.

Las últimas semanas Kim se había obsesionado por ayudar a YeonJun, y le hablaba todo el día sobre él a SooBin. JiMin sentía que más que ayudarlo, lo estaba echando a perder. No estaba seguro de que tan atraído estaría Choi ante los problemas digestivos del menor.

Park rodó los ojos.

—¿Por qué te importa tanto?

—Oye, debo ser un buen padre.

El mayor río.

—Yo estoy siendo un buen padre al darle tiempo y espacio.

TaeHyung negó suavemente.

—Solo eres un buen papi para mí.

JiMin se quedó congelado en su asiento, nunca le habían llamado así.

Kim se río al notarlo, y se movió para besar su mejilla.

—¿Papi? —susurro contra su oído en un tono burlón, apoyando su mano en su muslo.

TaeHyung era una jodida sabandija, ya no era su personaje de anime favorito.