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21.

—Que cachorrito tan bonito. —Sonrió TaeHyung, pellizcando entre sus dedos suavemente la nariz de JiMin.

Ambos estaban recostados en la cama, listos para dormir.

TaeHyung casi siempre se quedaba estudiando hasta tarde en su pequeño escritorio, y no se acostaba hasta las tres, cuatro de la mañana, Park no entendía como podía dormir tan poco.

Sin embargo, hoy había decidido no estudiar.

Recién era la una de la mañana, y JiMin ya estaba durmiéndose, pero TaeHyung se veía con mucha energía aún.

—No soy un cachorro. —murmuró inclinándose para esconderse en el cuello del menor.

—¿No? ¿Entonces qué eres? —preguntó, acariciando el cabello de su novio.

—Soy Park JiMin, un humano.

TaeHyung golpeó su hombro suavemente.

—Calla, mascota.

Park hizo un puchero.

—Eres malo, yo siempre te trato lindo.

Kim se río suavemente, alejándose para observarle el rostro.

—Oh, ¿ya te estás durmiendo? Y yo que quería un favor.

JiMin alzó una ceja, TaeHyung y sus favores.

—No te la voy a chupar a esta hora, despertarás a Jun. —murmuró dando la vuelta.

—Por favor, prometo ser silencioso. —lloriqueo mientras se acercaba a su pareja, abrazandole por detrás.

JiMin debía estar loco para no aceptar la petición, solo le gustaba que le rogara, pero se arrepintió cuando Kim cambió su actitud.

—Estás siendo una mala mascota. —susurro contra su oreja, y se le pudieron los pelos de punta cuando acaricio su torso—. ¿No vas a obedecer a tu dueño? ¿Quieres un castigo?

JiMin se volteo, ¿en serio esa pulga lograba dominarlo así de fácil?

TaeHyung sonrió, quitándose las mantas de encima.

—Buen cachorro, se que te encanta tener la boca llena.

Y joder, claro que TaeHyung no mentía, aquello le fascinaba.

Afortunadamente, el menor mantuvo su promesa de ser silencioso, en vez de gritarle sus cochinadas, ahora se las susurraba.