Jungkook se plantó frente a sus madre en el salón de su casa, su postura firme y decidida. Había llegado a este punto después de meses de tensiones, dudas y autoanálisis. Sabía que esta conversación no sería fácil, pero también sabía que no podía seguir viviendo una vida basada en las expectativas de los demás. Su madre lo miraba con evidente desaprobación, su ceño fruncido y los labios apretados en una fina línea.
—Jungkook, ya hemos hablado de esto antes —dijo su madre, con una voz que goteaba impaciencia—. Aceptamos tu divorcio porque era necesario. Pero esto... esto con ese chico, Jimin, es otra cosa completamente diferente. No podemos permitirnos abrir nuestras puertas a alguien con un pasado como el suyo. Una cosa es que hayas decidido ser sincero contigo mismo, pero otra muy distinta es arrastrar a nuestra familia a un escándalo.
Jungkook respiró hondo, preparándose para lo que sabía que sería una batalla de voluntades.
— ¿Escándalo? —repitió, su voz suave pero firme—. Mamá, ¿alguna vez te has detenido a pensar en lo que yo quiero? No se trata de apariencias, ni de nuestro estatus social. Jimin es una de las personas más honestas y trabajadoras que conozco. No se trata de su pasado, se trata de lo que él es ahora y de lo que podemos ser juntos.
—¡Por favor! —exclamó su madre, lanzándole una mirada de frustración—. ¿Qué puedes saber tú de amor, Jungkook? ¿Qué sabes tú de lo que es mejor para esta familia?
—Podemos desheredarte —advirtió su madre, con un tono amenazante—. No tendrás acceso a los fondos familiares, ni a los contactos que hemos construido a lo largo de los años.
Jungkook sonriendo con ironía. —Si crees que eso me va a detener, estás muy equivocada. Estoy dispuesto a comenzar de cero, como lo está haciendo Jimin. Puedo vivir por mi cuenta, sin la fortuna familiar, tengo mi propio dinero , madre, y voy a vivir con la persona que amo. Puedo construir mi propio camino, mi propia historia, y ser feliz sin tener que encajar en una imagen de lo que ustedes consideran perfecto.
El silencio se hizo en la sala por un momento, y la madre de Jungkook pareció vacilar. Pero finalmente, aguantó su expresión.
—Entonces que así sea —dijo fríamente—. Has elegido tu destino. No esperes apoyo de nuestra parte.
Jungkook ascendió, sintiendo una mezcla de tristeza y liberación. —Lo acepto, mamá. Pero espero que algún día te des cuenta de que elijó el camino que me hará feliz, y que eso no es algo de lo que deba avergonzarme.
Namjoon, por su parte, se dirigió a la oficina de su padre con una resolución similar. Había repasado en su mente esta conversación miles de veces, buscando las palabras adecuadas, pero ahora, al estar frente a su padre, se dio cuenta de que ninguna preparación podría mitigar la gravedad del momento.
Su padre estaba sentado detrás de su amplio escritorio, revisando unos papeles cuando Namjoon entró sin previo aviso. Levantó la mirada con curiosidad, pero en cuanto vio la expresión de su hijo, su rostro se oscureció.
— ¿Qué sucede, Namjoon? —preguntó con un tono de voz bajo, pero firme.
Namjoon se quedó en silencio por un segundo, observando a su padre, tratando de leer su semblante, pero solo encontró frialdad. Finalmente, se armó de valor y habló.
—He decidido que ya no puedo ser parte de esto —comenzó, su voz clara y decidida—. Voy a dejar el conglomerado de la construcción. No quiero ser parte de una empresa que se construyó sobre fraudes y vidas destruidas.
El rostro de su padre se tensó, su mano se detuvo a medio camino de su pluma.
— ¿De qué estás hablando, Namjoon? —preguntó con un tono defensivo.
Namjoon sintió un nudo en el estómago, pero continuó.
—Estoy hablando del derrumbe de la construcción hace años. Sé que fuiste tú quien permitió las irregularidades, que tú encubriste todo para protegerte a ti mismo. ¿Cuántas vidas se perdieron, cuántas familias quedaron destruidas por tus acciones? —Namjoon respiró hondo—. Sé que me querías lejos de esto, y me ocultaste la verdad. Pero ya no puedo seguir fingiendo que no sé nada. Te he demandado.
Su padre se levantó de su silla, visiblemente enfurecido.
—¡Cómo te atreves! —gritó, golpeando el escritorio con el puño—. ¿Qué crees que vas a ganar con esto? ¿Destruir a tu propia familia?
Namjoon no se inmutó. —Prefiero ser honesto y vivir con la verdad que seguir siendo cómplice de tu mentira. Prefiero eso a que el mundo sepa que mi padre es responsable de la muerte de cientos de personas y yo siga viviendo como si no haya ocurrido nada.
El silencio que siguió fue denso y cargado de tensión. Su padre lo miró con una mezcla de sorpresa y rabia. Namjoon se dio cuenta de que esta era la primera vez que su padre lo veía como un verdadero oponente, no solo como su hijo.
—Renuncio a todo lo que venga de esta empresa —continuó Namjoon—. Buscaré mi propio camino, sin tu sombra detrás de mí. No quiero vivir tu vida, quiero vivir la mía.
Jungkook y Namjoon se encontraron fuera de la casa familiar. Habían tenido conversaciones difíciles, pero ahora sentían que habían dado el primer paso hacia una verdadera libertad. Se miraron el uno al otro con una especie de complicidad nueva, un entendimiento que solo puede surgir entre quienes han atravesado el mismo tipo de tormenta.
—Todo bien? —preguntó Jungkook, dándole una palmada en el hombro a su hermano.
Namjoon asintió, una sonrisa cansada pero auténtica en su rostro. —Sí, ahora sí.
—¿Listo para la inauguración? —preguntó Jungkook, tratando de cambiar el tema.
Namjoon sonando de nuevo, esta vez con más entusiasmo. —Listo. Vamos a construir algo que valga la pena.
Los hermanos se dirigieron juntos al lugar de la inauguración. Esta vez, sin las cadenas invisibles de las expectativas familiares. Sabían que el camino que habían elegido no sería fácil, pero también sabían que era el correcto. La obra que estaban a punto de inaugurar sería el símbolo de un nuevo comienzo, no solo para ellos, sino para todos los que habían estado involucrados en esta travesía.
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Desde los cimientos (Yoonjin)
FanfictionEn una obra llena de recuerdos dolorosos y secretos enterrados, Jin, un arquitecto con un pasado difícil, se encuentra con Yoongi, un obrero que parece conocer demasiado bien las cicatrices de aquel lugar. Lo que comienza como un choque entre dos mu...