CAPITULO XX

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El fastidio contra el odio

MAKAI

—¡Partiremos en cuatro días, si tienen alguna queja pueden largarse de inmediato! —Simón está imitando a alguien a quien conozco muy bien. —Díganme que acabé de sonar igual que el lord. —se pone las manos en la cintura con una estúpida sonrisa.

—Igualito. —se carcajea Surfh.

—De todas formas, si no deja de llover para mañana vamos a tener que posponer nuestra partida. —comenta Albert.

—No os preocupéis, el líder nunca se ha equivocado con el clima. —puntualizo —Hay veces que pienso que no es como un humano.

—No digáis estupideces, ya el alcohol os está quemando el cerebro. —se burla Aron.

—Ni siendo el segundo al mando deja de decir payasadas. Deberéis seguir el ejemplo del lord. —Salvador se une a la burla codeándolo.

—Bueno, soy muy joven como para amargarme la vida de esa manera. No me favorecería andar de regañón. Podría perder todos mis encantos. Como ya ustedes saben, soy un ser bello, encantador y con mucha hombría. —me enorgullezco recostándome en el espaldar de la silla.

—Sí. De eso no hay duda. —se echan a reír —No dejéis que el ego te tueste la cabeza.

Todos seguimos en el salón de banquetes comiendo hasta por los poros, o más bien riéndonos por tonterías. El líder salió hace un rato y no ha vuelto. Supongo que ya no vendrá a comer.

Cuando supe que se casaría creí que su corazón se ablandaría, pero no. No ha cambiado nada su actitud hacia nosotros. Sigue siendo tan rudo y mordaz como siempre, ni estando en la cama de una mujer deja de ser tan estricto. Es que ni siquiera me lo imagino siendo meloso con la señora y me pregunto si ella lo soporta de igual forma, aunque le toca hacerlo. Pero entonces ya ella se hubiese escapado si él la tratase de la misma manera que a los demás, tal vez la trata mejor. Ella sigue aquí como si nada e incluso felizmente está remodelando el castillo.

Bueno, aunque el líder esté casado o no, no dejará de ser demasiado rígido con su tropa. Aún me duelen los huesos por el castigo que me impuso en el campo de entrenamiento por haber dicho aquello. Por lo visto no tiene nada de sentido del humor, aquello solo fue una pequeña bromita. Y por eso me puso a entrenar el triple que los demás. Lo peor es que cuando terminó el castigo me dijo en un tono mordaz: "Y a la próxima no dudaré en colgarte de los huevos" yo estaba a punto de desmayarme y solo me dispuse a asentir.

El condenando me regañaba y los demás se reían en silencio. <<Malditos>>

—Es verdad, el señor es muy gruñón. —dijo uno interrumpiendo mis pensamientos.

—Cierto, está siendo muy sanguinario.

—Desde la mañana hasta ahora nos ha hecho sangrar.

—Así es el líder. —digo aburrido.

—Oye Makai, ¿por qué le dices líder? Él es el "señor" o el "lord" —reclama August. Un joven de diecinueve años.

—Yo le digo como me da la gana. —bufo —A demás él mismo ha dicho que es el líder, así que no hay razón para hacer reclamos tontos. —me encojo de hombros con los brazos cruzados.

—Bueno, dile como queráis entonces. —resopla —De todas maneras, hay que estar lo más descansados posible para ese viaje tan largo. El señor dijo que con cada error que cometiésemos nos haría sufrir.

—Es verdad, y mañana tenemos entrenamiento al medio día. —recuerda Joshua.

—Maldición, y yo que quería relajarme el día entero. —ruedo los ojos y luego esbozo una sonrisa perversa. —Y también socializar con otra gente que no sean ustedes.

UN TOQUE DE FELICIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora