Capítulo 12: Lazos Irrompibles

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Tras la partida de Kotori, Tohka y Kurumi, el café cayó en un silencio tenso. Todas las chicas observaban a Hayato, quien aún estaba procesando la conversación reciente. Era claro que había mucho más en su vida de lo que jamás habían imaginado.

Shiragiku fue la primera en romper el silencio, su tono suave pero firme. "Jefe, sabes que no tienes que llevar todo esto solo, ¿verdad?"

Ouka, quien había estado con los brazos cruzados y el ceño fruncido, intervino: "Ella tiene razón. Si hay algo en lo que podamos ayudarte, dilo. No somos simples espectadoras en tu vida."

Riho, siempre tan práctica, asintió. "Si tu vida está en peligro o si hay algo grande que se avecina, queremos saber. No puedes seguir ocultando cosas."

Ami, que intentaba mantener el ánimo en alto, sonrió suavemente. "Además, jefe, no importa lo difícil que sea, ¡te apoyaremos en lo que sea!"

Hayato suspiró, sintiendo el peso de sus palabras. Miró a cada una de ellas, sabiendo que todas tenían derecho a saber más. "No quise ocultarles esto. Solo... no sabía cómo hacerlo. Mi vida antes de llegar aquí era completamente diferente. Yo solía estar en medio de un conflicto interdimensional. Me dedicaba a salvar Espíritus, sellando sus poderes para evitar que destruyeran nuestro mundo."

Ouka levantó una ceja. "¿Espíritus? ¿Eso es de lo que se trataba todo esto?"

Riho añadió, pensativa: "Y por eso esas chicas vinieron a buscarte. Eres la clave para mantener el equilibrio entre dos mundos."

Hayato asintió. "Así es. Durante mucho tiempo, fui parte de una organización que se encargaba de resolver estos conflictos. Pero hubo un momento en que todo cambió. Perdí el rumbo y terminé aquí, tratando de empezar de nuevo."

Shiragiku lo miró con compasión. "Debe haber sido difícil. Pero ahora que estás aquí, ¿qué planeas hacer? ¿Vas a volver con ellas?"

Hayato se quedó en silencio por un momento, reflexionando sobre las palabras de Shiragiku. "No lo sé. Mi vida aquí ha sido tranquila, diferente. Pero no puedo ignorar lo que está sucediendo en el otro mundo. Si regreso... no sé cuánto tiempo más podré estar aquí."

Ouka, con una expresión seria, lo miró directamente. "Entonces, lo que estás diciendo es que podrías dejarnos en cualquier momento."

El silencio que siguió fue desgarrador, pero Hayato sabía que no podía mentirles. "Es una posibilidad. No quiero irme, pero si las cosas empeoran, no tendré opción."

Ami, tratando de mantener su habitual positividad, dijo: "No importa lo que pase, estamos contigo. No nos vamos a rendir fácilmente."

Riho se apoyó en la barra del café, mirándolo con ojos calculadores. "Bien, entonces, si decidimos quedarnos a tu lado, debes prometer que nos mantendrás al tanto de todo."

Hayato asintió lentamente. "Lo prometo. No quiero que esto se convierta en un secreto más."

La tensión se disipó un poco cuando Shiragiku se acercó a él y le dio un pequeño apretón en el hombro. "No importa lo que decidas, sabemos que lo harás por el bien de todos."

Ouka, aún seria, finalmente relajó los hombros. "Está bien, jefe. No me gusta, pero confío en que tomarás la mejor decisión."

Mientras la conversación continuaba, una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Hayato. Aunque sabía que su vida estaba a punto de volverse aún más complicada, se sentía afortunado de tener a estas chicas a su lado. Los lazos que había formado con ellas eran irrompibles, y no importaba lo que ocurriera en el futuro, sabía que no enfrentaría sus desafíos solo.

Kurumi, siempre en la periferia de su mente, había dicho algo que resonaba en él: "No puedes escapar de lo que eres". Y aunque parte de él deseaba poder quedarse en este mundo sin preocupaciones, también sabía que su deber estaba llamando. Pero no importa qué decisiones tuviera que tomar, las chicas del café ya eran parte de su vida, y eso no cambiaría.

Mientras las horas pasaban y la atmósfera del café volvía a su calma habitual, Hayato sabía que la verdadera tormenta aún estaba por llegar. Pero, por ahora, al menos tenía un respiro, y un momento para disfrutar de la compañía de las chicas que tanto apreciaba.

Renacimiento de un Héroe: Entre Espíritus y CaféWhere stories live. Discover now