Todo el día había tenido ese malestar, un sentimiento, no, un presentimiento de que algo malo va a pasar, era conocida como la legendaria perdedora, pero aún haci el día de hoy había ganado diez juegos seguidos, eso no era coincidencia.
No tenía idea de a que se debía, desde que desperto, su cabeza daba vueltas en decenas de posibilidades de porque tenía ese malestar.
- Shizune, iré a las aguas termales, vienes?
- No, Lady Tsunade, necesito ir al mercado y conseguir más suministros para nuestro próximo viaje -Contesto una joven mujer de cabello azabache al igual que sus ojos, vestida con un kimono azulado con bordes blancos y un par de sandalias con tacón, que no parecía mayor de 25 años.
- Bien, volveré más tarde, necesito relajarme.
- Tenga cuidado, Lady Tsunade, diviértase.
Caminó poco mas de cinco minutos desde su hotel hasta las aguas termales y, recervando una gran habitación para ella sola. Al entrar, comenzó a desvestirse, dejándose únicamente el collar color aguamarina que alguna vez le perteneció a su difunto abuelo. Con delicadeza, entró lentamente al agua, disfrutando del calor repentino.
Ya en el agua, sujetó su collar y dejo caer su cabeza con cansancio, cerrando los ojos lentamente y observando como todo se volvía negro por unos instantes.
No pasaron ni unos pocos segundos cuando se dió cuenta. A pesar de estar en una sala privada, el sonido de otras personas en salas ajenas no desaparecía y, sin embargo, ahora todo estaba envuelto en un silencio sepulcral.
Abrió los ojos y, para su gran sorpresa, ya no estaba recostada en las aguas termales, si no que estaba parada en un gran parado, lleno de naturaleza y luz. Al parecer, estaba completamente vestida, aunque está no era su ropa. Podía, aunque muy apenas, sentir otra presencia junto a ella, una muy poderosa.
- ¡¿Quién está ahí?! ¡Muestrate! -Formado con sus manos la señal, intentó liberar el inexistente Genjutsu.
- Así que la heredera de mi hijo finalmente ha despertado - Alguien habló detrás de ella. Al darse la vuelta, Tsunade vió a un hombre viejo, flotando en el aire sentado en posición de flor de loto. Vestía un kimono blanco, con seis magatamas de color negro en el cuello, una cara arrugada con dos cuernos en la frente, caballo rojo apagado y, lo que más sorprendió a Tsunade fueron sus ojos, los ojos que se consideraban no mas que una leyenda, un mito.
- T-tu... ¿Rinnegan? -Miró sorprendida, tensando su cuerpo cuando el hombre comenzó a tratar sellos de mano- ¿Que vas a ha...?
- Chishiki no sho: Shinsei na dentatsu (Libro del conocimiento: Transmisión Divina) - Susurró le hombre, golpeando sus palmas. En un instante, sus extraños ojos brillaron y una luz envolvente rodeó a la Senju.
Cuando la luz se desvaneció, Tsunade estaba de rodillas, apoyandose en sus manos para no golpear el suelo.
- ¿D-dónde estoy...?
- Estás en mis Dominios, Senju Tsunade, lo llamo páramo espacio-temporal. Aquí solo pueden entrar las almas a las que yo doy permiso.
- Q-Quien eres...
- Mi nombre es Ōtsutsuki Hagoromo, aunque tal vez me conoscas como Rikudō Sennin (Sabio de los seis caminos)
- Pero... Pero era solo una leyenda... Es im...
- Toda leyenda se crea a partir de algo verdaderos, Tsunade.
- ¿Q-que hago aquí? ¿Tu me trajiste?
- Es algo triste, verdaderamente desafortunado. Cuando mi madre regresó a la vida y el Tsukuyomi infinito inició, tu y ese chico, Gaara del desierto, fueron los únicos además del equipo 7 de Konoha que permanecieron despiertos.
- Lo recuerdo -Tsunade asintió.
- Durante la batalla, mi madre, Ōtsutsuki Kaguya asesinó a la mayoría de las personas atrapadas en el Mugen Tsukuyomi. Fue un milagro que alguien sin mi chakra o que haya sido protegido directamente por el haya evitado caer presa del Genjutsu, aunque ahora puedo ver a qué se debió. Cuando llegaste al campo de batalla con los demás Kages, Naruto de dio algo de chakra, y ese chakra lo sellaste en tu Sello Yin. Gracias a qué lo liberarse ante de ser atrapada, es que fuiste inmunisada contra el Genjutsu.
- ¿Porqué yo?
- ¿Disculpa?
- me trajiste a mi, ¿Por qué?
- Fue una decisión difícil. Estaba entre tú, Gaara, y tú alumna, Haruno Sakura, más ví la luz al mirarte. En este momento de la línea del tiempo actual, Gaara y Sakura tiene cinco y seis años respectivamente, mientras que tú ya eres una poderosa adulta, calificada para esta tarea. Ciertamente tuve que improvisar con tan poco tiempo disponible, por lo que elegí a quien podría preparar a Naruto como la reencarnación de Ashura para enfrentar el futuro que se avecina.
- ¿Y la reencarnación de tu otro hijo?
- Uchiha Sasuke no es digno. Me equivoqué al darle mi chakra y esperanzas, pero caí en mi propio mal juicio y termine por darle la arma con la que podría acabar con el mundo si no estuviera Kaguya. Cómo constantemente has oído a Naruto decir, el destino no está escrito en piedra.
- Entonces...
- Te envié al pasado, díez años en el pasado, para ser exactos. Contigo aquí, te concedí el chakra de mis hijos, y te permitiré escoger a un nuevo anfitrión para la esencia de mi hijo mayor. En cuanto a Naruto, aunque es débil, la esencia de Ashura aún brilla en su interior, y solo es cuestión de tiempo a qué se libere lentamente.
- Entiendo lo que dijiste antes, y se lo que debo hacer... Pero, no entiendo cómo.
- ¿Cómo? Hazlo como desees. Pero, te daré un consejo que facilitará tu misión. Una vez que te reúnas con Naruto, entra a su espacio mental y libera el Jutsu que grabaré en tu memoria. Esto le dará a Kurama sus recuerdos, y el podrá crear un enlace mental con otros bijuu y sus carceleros.
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Naruto: El hilo del destino
FanfictionTsunade es recatada de su mundo en Caos y enviada al pasado para salvar su tiempo N/A: esta es una versión modificada de mi historia, "El hilo del destino" ya que tristemente perdí mi cuenta en la que tenía este ficc al perder mi teléfono