-- Hoy hace mucho frío -- Pensé.
-- Debería irme a casa ya, Burns debe estar esperandome, además, mi turno ya terminó. --
-- Oh, ¿quienes son esos dos? -- Estaba por irme, pero me percate que habían dos personas de pie en la azotea del edificio de al frente. -- ¿Estarán mirando hacia acá? --
Aquellas dos personas se dieron vuelta y caminaron, parecía que bajarían, así que decidí quedarme unos minutos más para ver si se acercaban hacía el templo, ojalá sí.
Desde que llegué a este lugar nunca había pasado nada emocionante, al menos en mi turno, así que esa era mi oportunidad de brillar.
Era el único peón fuerte en guardia y eso lo hacía aún más emocionante, pero no quería ilusionarme tanto, no estaba seguro de si aquellas personas vendrían al templo.Habían pasado diez minutos y mis ilusiones ya estaban por el piso, no veía a nadie y estaba por rendirme e irme a casa, pero de pronto dos hombres se asomaron por aquella gran puerta y mis ojos brillaron.
-- 𝙎𝙞 𝙫𝙞𝙣𝙞𝙚𝙧𝙤𝙣. --
. 𖥔 ݁ ˖
-- ¡DIOS! si que son fuertes... -- Mi corazón estaba explotando de emoción, esos tipos habían derribado a toda la primera fila en tan solo segundos!!
-- ¿Ah? ¿Quién esta ahí? -- Preguntó con fastidio uno de los hombres que había entrado al templo.
-- ¿Él me escucho? -- Susurre para mi mismo.
-- ¿A quién le dices, señor todopoderoso? -- La persona a su lado hablo.
-- Creo que es hora de bajar. --
-- Hola. -- Saludé. -- ¿Qué hacen aquí? --
-- Eras tú. -- El de menor estatura de los intrusos hablo.
-- No sé a que te refieres. -- Desvíe la mirada.
-- Claro... -- En cuestión de segundos aquel chico apareció en frente mío.
-- Ohh, eres rápido.. -- Utilice mis rayos para alejarme igual de rápido.
-- ¿Rayos? que molesto. -- comentó con fastidio el usuario de bastones.
-- Aún no responden mi pregunta. --
-- ¿Cuál era tu pregunta? -- El intruso más alto hablo por fin.
Active mis rayos y me acerque lentamente hacía el más alto. -- Qué hacen aquí, esa es mi pregunta.
-- Pero bueno chico, si que eres rápido, apenas logre verte. -- Decía mientras de sus labios salía humo.
-- Sigues sin responder mi pregunta. -- Estaba comenzando a perder la paciencia.
-- Tranquilo, solo queremos información. -- ¿información? -- Por eso necesitamos entrar. --
-- Lo siento, nadie entra sin mi permiso y adivina que, ustedes no lo tienen. -- Lo interrumpí, me estaba haciendo el difícil porque en realidad me daba igual si entraban o no, solo quería pelear un rato.
-- Vayaa.. no pensaba pedirte permiso. -- Dijo con burla el del ojo tapado.
Fruncí el seño y provoque rayos rojos alrededor de mis brazos y piernas.
-- Atrévete. -- Hablé.
De pronto aquel chico que se había quedado en silencio apareció en frente mío y me porpociono un puñetazo que logre esquivar con facilidad.
