En esta locura (Itachi Uchiha)

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    Itachi había estado vagando solo, por un tiempo. Los Akatsuki, a veces, se ponían un poco ruidosos y él se estaba cansando de levantar la voz. No es que la levantara muy fuerte.

Entrecerró los ojos ante el movimiento entre los árboles, notando que el susurro de los árboles era ligeramente diferente a la brisa que pasaba entre ellos; apenas había una diferencia, pero podía oírlo.

Yuka sabía que él podía oírla. Lo más inteligente sería salir, pero tenía curiosidad: Itachi siempre había sido un alma tranquila, ¿podría ella hacerlo entrar en pánico?

Yuka arrojó un encendedor y el fuego se esparció por el suelo, encendiendo la hierba. Itachi simplemente dio un paso adelante y lo apagó, dejando escapar un suspiro.

-Yuka, ¿qué haces aquí?

Yuka se agachó y dio un paso adelante, y aunque los incendios no lo sobresaltaron, su apariencia seguro que sí lo hizo.

Había sido una chica de aspecto inocente, aunque su personalidad rápidamente lo hizo desaparecer. Su pelo azul rizado siempre estaba recogido en un moño y sus atuendos eran simples y ligeramente femeninos. Sus ojos eran grises, pero siempre habían sido grandes como platos y miraban al mundo con asombro.

Ahora parecía nerviosa, casi mortal en su andar y el movimiento de su cintura. Una pequeña capa adornaba sus hombros y le llegaba hasta la cintura, era de color negro, con sus cordones y su interior plateado. Su cabello estaba recogido en una cola de caballo en lo alto de su cabeza y en completo desorden, y sus ojos parecían viejos, aunque ella misma todavía era joven. También tenía una cicatriz enorme que iba más allá del escote de su camisa hasta la unión de su cuello y hombro.

"He estado buscando al famoso grupo Akatsuki".

—¿A estas horas de la noche? No eres un delincuente, crees en los lazos entre los pueblos. ¿Cómo has llegado hasta aquí?

Yuka sonrió y le levantó las cejas. —Todos esos rincones y recovecos del pueblo cuando éramos más jóvenes, ¿y crees que no puedo usar uno de ellos para escapar sin que nadie se dé cuenta? Qué vergüenza —sabía que probablemente no debería haber divulgado esa información, sabiendo que él podría usarla para entrar en el pueblo más tarde, pero también debería saber que ella vigila esos rincones todas las noches y que, si alguna vez se sentía amenazada, le diría a la gente que fuera allí.

"¿Y encontraste el lugar exacto donde estaría?"

"He estado buscando por la noche durante mucho tiempo."

"¿Por qué?"

—Por curiosidad —respondió Yuka con indiferencia, pero Itachi sabía que eso era mentira. Había algo por lo que ella estaba allí, y aunque era... casi agradable volver a verla, no quería que encontraran a Akatsuki.

—Mi pregunta es, ¿cómo pudiste saber que era yo de inmediato? —Tenía una sonrisa juguetona en sus labios mientras se quitaba la capa y la enrollaba antes de guardarla en una bolsa. Arqueó una ceja y colocó sus manos en sus caderas.

—Tu... teatralidad —Itachi señaló el encendedor en el suelo—, no mucha gente decide revelar su identidad con un encendedor y sin una bomba.

"La gente se pone nerviosa cuando no saben qué está pasando".

"No me pongo nervioso tan fácilmente."

Yuka asintió, sabiendo esto muy bien. Era extremadamente impresionante, pero también le ponía los pelos de punta. Las cosas que Itachi hace sin pensarlo dos veces, nada parecía perturbarlo. Era una habilidad que ella nunca podría obtener, sus emociones eran demasiado importantes para ella.

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