El aire en el pequeño sótano era denso y pesado, impregnado con la mezcla del sudor y la tensión palpable entre Izuku y ___. Las paredes de concreto atrapaban cada sonido: el roce de los pies de Izuku sobre el suelo al acercarse lentamente a ___, el latido acelerado del corazón de su prisionero, y el eco de sus respiraciones desiguales. Izuku había dejado su máscara sonriente, revelando una intensidad en sus ojos verdes que nunca antes había mostrado tan abiertamente.
Se sentó frente a ___ en el borde de la cama improvisada, observándolo con una mezcla peligrosa de deseo y celos mal disimulados. Sus ojos no dejaban de recorrer el rostro de ___, como buscando algún rastro de duda, alguna chispa de rebeldía que aplastar. En ese momento, el silencio se volvió tan denso que parecía tangible, como una fuerza sofocante.
"¿En qué piensas?", preguntó Izuku, su voz suave, casi dulce, pero con un filo oculto que rasgaba la calma aparente. No esperaba realmente una respuesta; sabía que sus preguntas eran más bien una prueba, un reflejo de su necesidad de poseer cada pensamiento y sentimiento de ___.
___ desvió la mirada, su cuerpo tenso y alerta. "En nada," respondió, su voz apenas un susurro, demasiado consciente de lo volátil que podía ser Izuku cuando sentía que no tenía el control absoluto.
Izuku soltó una risa suave, casi burlona, inclinándose hacia adelante. "Nada, dices..." Murmuró mientras sus manos se deslizaban lentamente por el colchón hasta que sus dedos rozaron la pierna de ___. "¿Sabes? No soy tan estúpido como para creerte." Su mano se movió más arriba, acariciando el muslo de ___, sus dedos largos y firmes trazando líneas lentas sobre la tela. "¿O acaso... piensas en alguien más?"
La pregunta quedó en el aire como una amenaza velada. ___ intentó alejarse, pero Izuku lo tomó de la muñeca con una firmeza que era casi dolorosa. "Mírame," ordenó Izuku, y ___ no tuvo más opción que obedecer, encontrándose con esos ojos verdes que ahora brillaban con una mezcla de lujuria y furia.
"Si estuvieras pensando en alguien más..." continuó Izuku, su voz volviéndose un susurro oscuro mientras su otra mano subía más por la pierna de ___, "me pondría muy, muy celoso. Y ya sabes cómo me pongo cuando estoy celoso, ¿verdad?"
La tensión en el aire era sofocante. ___ sentía su cuerpo temblar, una mezcla de miedo y rechazo mientras la mano de Izuku continuaba subiendo lentamente, rozando su abdomen, jugueteando con el borde de su camiseta. "Izuku... para," intentó decir con firmeza, pero su voz sonaba rota, débil.
Pero Izuku no se detuvo. Con un movimiento inesperadamente rápido, se sentó en el regazo de ___, sus piernas alrededor de él, su cuerpo presionando el de ___. "No quiero parar, ___," susurró, sus labios peligrosamente cerca de los de él. "Quiero asegurarme de que sepas quién es el único que puede cuidarte, que realmente puede protegerte. Nadie más."
Los labios de Izuku se encontraron con los de ___ en un beso demandante y áspero, robándole el aliento. ___ intentó resistirse, girando la cabeza, pero Izuku lo sostuvo firmemente por la nuca, sus dedos entrelazándose en su cabello. "No te resistas," murmuró contra sus labios, su tono se suavizó, pero su control no disminuyó. "Déjame mostrarte cómo es estar protegido por mí."
___ finalmente logró apartarse lo suficiente como para tomar aire, su pecho subiendo y bajando rápidamente. "Esto no es protección, Izuku. Esto es... posesión."
Izuku parpadeó, sus ojos oscureciéndose con un dolor momentáneo, pero ese destello de humanidad desapareció tan rápido como llegó. "Llámanos como quieras," dijo, encogiéndose de hombros, aunque su agarre en el cabello de ___ no cedió. "Pero yo sé que nadie te cuidará como yo."
Sus manos continuaron explorando, acariciando la espalda y el abdomen de ___, cada toque una combinación de delicadeza y demanda, cada caricia diseñada para recordarle a ___ que era suyo. Sus dedos se deslizaban bajo la camiseta de ___, tocando la piel desnuda, subiendo lentamente, como una serpiente deslizándose por un tronco. ___ se estremeció, el calor de la palma de Izuku casi quemándole. "Sabes que esto es por tu bien, ¿verdad?", insistió Izuku, sus labios ahora descendiendo por el cuello de ___, dejando una hilera de besos que sentían como una serie de marcas de propiedad.
"Déjame ir," rogó ___, su voz apenas audible. Pero Izuku ignoró la súplica, sus celos y su necesidad de mantener a ___ para sí mismo superaban cualquier rastro de empatía que pudiera haber tenido.
"Sé que estás asustado," dijo, aunque su tono seguía siendo bajo y posesivo. "Pero... también sé que, con el tiempo, te darás cuenta de que todo esto es por amor. Yo soy el único que puede amarte de verdad." La mano de Izuku se deslizó más arriba, rozando el pecho de ___, y él soltó un jadeo, su cuerpo resistiéndose instintivamente al toque que se sentía como una invasión.
Cada movimiento de Izuku era calculado, como si estuviera realizando un ritual oscuro. Sus celos se manifestaban en gestos que iban más allá de lo puramente físico; era la manera en que su mirada cambiaba de una ternura forzada a un peligro latente, o cómo su voz fluctuaba entre susurros cariñosos y órdenes estrictas. “No quiero que pienses en nadie más," susurró, apretando su cuerpo más contra el de ___, como si con cada toque y cada palabra pudiera borrar la existencia de cualquier otra persona en la mente de ___.
Finalmente, se detuvo, alejándose solo lo suficiente para mirar a los ojos de ___. "Dime que me entiendes," exigió Izuku, su voz suave pero cargada de una presión casi insoportable. ___, temblando, sólo pudo asentir. Pero esa sumisión aparente no fue suficiente para Izuku. "No," insistió, su mano tomando la barbilla de ___, obligándolo a mirarlo directamente. "Dilo."
"Te... entiendo," murmuró ___, sabiendo que cualquier otra respuesta solo provocaría más caos.
Izuku sonrió, satisfecho por ahora, y bajó la mano, sus dedos rozando con lentitud la mandíbula de ___. "Sabía que lo harías." Entonces, como un reflejo de su propia complejidad emocional, la intensidad de su expresión cambió a una suavidad perturbadora. "Todo estará bien. Prometo que cuidaré de ti... mientras sigas siendo mío."
El silencio cayó sobre ellos de nuevo, pero esta vez estaba cargado con una nueva comprensión: Izuku no solo estaba obsesionado; era una fuerza que no podía ser aplacada. Y ___ estaba atrapado en el centro de esa tormenta.
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Tinte Verde Corazón Oscuro (Izuku Yandere X Malereader)
FanfictionLee la historia nomas