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7 años atrás:

Las olas del mar.

Son un canto celestial para la pequeña T/n. Lo único que podría escuchar todos los días y jamás se aburriría.

La suave arena se metía entre los dedos de sus pies, quedando sus pequeños deditos sucios, pero a ella no le importaba, en realidad, le encantaba.

Miraba fijamente el agua, deseando quedarse así para siempre, y salir todos los días a nadar o simplemente de disfrutar la vista.

Por alguna extraña razón ella amaba ese lugar, la playa, en especial el mar, las olas, escuchar como tronaban y sentir como el agua fría mojaba sus pequeños pies cada que llegaba a la orilla. Para ella, todo eso la hacía sentir segura, que el mar siempre la protegería y estaría ahí cada que se sentía mal, era su lugar seguro, su hogar, era como una madre para ella. Sentía una gran conexión y una gran paz indescriptible, algo que janas sentiria con otra cosa.

Su padre nunca comprendió de dónde salió todo ese amor de ella hacia el mar. Como su pequeño corazóncito era tan puro y delicado.

Ella siempre murmuraba. —Cuando muera... Será aquí. —Cosa que siempre desconcertaba a su padre, la forma en que ella lo decía tan segura y sin miedo alguno.

Siempre que iban, el se sentada debajo de una sombrilla y observaba detenidamente como T/n se quedaba parada frente al agua, solo viendo y hablando con el agua. Cómo si fuera su mejor amiga.

T/n era tan parecida a su madre, ambas amaban todo lo que tenía que ver con la naturaleza, pero en especial, ambas sentían una gran atracción por el mar.

—¡T/n! ¡Ven aquí! —Hablo fuerte el hombre joven de unos 30 años, cabello castaño oscuro y ojos grises.

—¡Voy papi! —Le respondió con su voz llena de inocencia y ternura.

Su pequeño cuerpo corrió hacia donde estaba su padre. Las ondas de su cabello oscuro se movian de un lado a otro, resaltando aún más su belleza.

Ella llegó hasta el y se abalanzó dándole un fuerte abrazo.

—Mi pequeña... —La sostuvo entre sus brazos con fuerza. —Algun día construiré una casa aquí, y viviremos felices, lejos de todo y todos. —Hablo con suavidad y gran sinceridad mientras la acunaba entre sus brazos. —Te lo prometo...

T/n siempre vivió ilusionada con que algún día eso pasaría, confiaba en su padre y siempre creyó que el cumpliría esa promesa, sin saber que tan solo dos días después quedaría huérfana y de la peor forma.

Presente:

Pov T/n:

Me senté de un salto en la cama, el sudor escurría por mi frente y bajaba hasta mi cuello, mi espalda estaba empapada por este, mi respiración era agitada y mi corazón latía con fuerza.

Mire a mi al rededor asustada y puse una mano sobre mi pecho, sintiendo como este subía y bajaba agitadamente, casi como si se me fuera a salir el corazón.

Maldije internamente, otra vez esa pesadilla me estaba atormentando, y parecía haber empeorarado desde el enfrentamiento anterior.

Mi mano que estaba en mi pecho subió a mi frente y me limpie las gotas de sudor, después quite con brusquedad la sábana que cubria mis piernas, ya estaba harta de que ese sueño siguiera molestandome.

Me dirigí a la regadera y en cuanto el agua comenzó a chocar contra mi piel, comencé a llorar, sin evitarlo.

Mire las cicatrices que tenía, y comencé a frotar la esponja fuertemente contra ellas. Solo eran recuerdo de aquel maldito, el incendio... el día en el que mi padre murio, que seguía atormentandome hasta en mis sueños.

MI AMADA FAMILIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora