Terry iba de un lugar a otro entre el laberinto de acero y hormigón de la construcción, en sus ojos se reflejaba el caos que reinaba en su interior, había confiado en que al reunirse con Stear podría tener alguna información de Candy, pero la ausencia de este sembró más dudas en su mente y la presencia de Archie por la mañana justificando a su hermano había logrado crear una atmosfera llena de tensión que lo habían terminado de llenar de inquietud.
El sol del mediodía era aplastante en la construcción, tanto que incluso Terry se había quitado la corbata y desabotonado un poco la camisa, el calor estaba castigando con crueldad a los trabajadores, sin embargo, no quemaba tanto como la incertidumbre que tenía el joven arquitecto, al final un corazón agitado es el peor enemigo para la mente.
Terry hizo que adelantaran la hora del almuerzo en un acto de solidaridad con los trabajadores, además pidió que hubiera agua disponible todo el tiempo, sin embargo, no solo lo hizo por los hombres si no por el mismo, ya no podía más con ese pesar en su corazón, contaba las horas para poder salir de ahí.
«¿Qué pesado siento mi cuerpo?»
Terry se recargo en una de las mesas, con la mirada recorrió el pequeño espacio, no hacía mucho había estado ahí con Candy, frente a sus ojos apareció la escena de aquel día en que le confeso sus sentimientos y ella lo beso como respuesta.
«Sí al menos supiera porqué te fuiste»
Terry bajo la cabeza al tiempo que suspiró, lo que pensó sería un fin de semana maravilloso se había transformado en una pesadilla, el imaginar que Candy podría estar con alguien más lo tenía agobiado.
Una hora después y con el sol menos intensó los hombres comenzaron a trabajar y Terry no era la excepción, ya que por ahora era el único modo de contrarrestar la angustia que lo gobernaba y así transcurrió el día.
̶ Arquitecto, perdón que lo interrumpa. ̶ Un trabajador se dirigió a él después de haber terminado su hora de trabajo.
̶ Señor Phillips, en que puedo ayudarle ̶ Terry ya recordaba a los trabajadores de la constructora Brower.
̶ Quiero agradecer por su confianza al haberme ascendido a jefe de obra.
̶ No hay nada que agradecer, usted se ganó ese puesto con su impecable trabajo. ̶ Terry recordó que Stear fue quien propuso al señor Phillips para dicha enmienda.
̶ ¿Qué pasará con García?, ¿Fue muy grave lo que hizo? ̶ a pesar de todo el señor Phillips estimaba a quien hace unos días era su jefe.
̶ Sí, fue bastante grave y lo más probable es que pase un tiempo en prisión ̶ explicó Terry sin entrar en detalles y el señor Phillips lo entendió.
̶ Tengo ya lista con las herramientas y materiales que hacen falta, se la iba a entregar al Ing. Cornwall, pero...
̶ Señor Phillips le parece si mañana lo veo aquí temprano, iremos con los proveedores a solicitar todo lo que se necesita, tengo que regresar a las oficinas y voy un poco retrasado ̶ respondió en el modo más amable que su estado se lo permitía, el hombre asintió con la cabeza.
Mientras manejaba Terry observaba como los edificios de Manhattan se erguían como gigantes de acero y vidrio, sentía que las ventanas iluminadas eran ojos observándolo. El sol se despedía del horizonte, pintando el cielo de tonos rojizos y anaranjados, Terry sintió un nudo en la garganta. La ciudad, tan vibrante y llena de vida, le parecía ahora un lugar solitario y frío, el aire le parecía tan pesado, húmedo y ese olor a asfaltó caliente era asfixiante.
̶ ¡Que caos! ̶ murmuró al verse atorado en el tráfico entre el ruido de los tranvías y las bocinas de los automóviles, internamente rogaba por volver a su departamento, sin embargo, debía ir antes a la oficina.
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Pasión Indomable
FanfictionFanfic Candy Candy En la vida nada está escrito, mucho menos en el amor. Una propuesta de trabajo para el Arq. Terence Grandchester lo hace cambiar de residencia, es así como emprende un viaje desde Inglaterra a los Estados Unidos, sin imaginar que...