Estableciendo lazos

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Soobin esperaba sentado en una esquina de la habitación a que Yeonjun llegara, quizá debía pedirle que arreglaran un poco las habitaciones o que lo pasaran al otro edificio, Beomgyu le había dicho que allá era más abierto y que tenían otras cosas, quería ir allí, quería poder hablar con Beomgyu más tiempo y no solo cuando comía, quería conocer a más personas de ese lugar, la menos si iba a estar encerrado allí tanto tiempo quería pasarlo un poco mejor de lo que lo hacía.

El sonido de la puerta siendo abierta interrumpió sus pensamientos, pero no era Yeonjun, era otro enfermero que llevaba su desayuno, deseaba poder comer afuera pero al parecer a Xu todavía no le parecía esa idea, pensándolo bien Xu era como esos villanos de las películas, bah, ¡que decía! Estaba perdiendo su lógica.

—Hongjoon dijo antes de irse que los jueves te gustaba comer tocino de desayuno y macarrones— le dejó la comida sobre la mesa.

—Gracias.

—Si— dijo nervioso,

Incluso Soobin sabía que la mayoría de enfermeros le temían después de lo de Sunghoon, Park no era tan malo después de todo pero en ese momento no pudo razonar nada, solo quería irse de una vez.

Se acercó a comer, se acomodó de nuevo en el espacio en el que antes estuvo, comenzó a comer encantado lo que le habían llevado, en serio amaba comer macarrones y mucho mas el tocino, su madre preparaba uno delicioso, fue en ese momento cuando la idea de su familia volvió, ni siquiera recordaba que su madre lo hubiera visitado, no recordaba a sus padres allí, su hermana tampoco, no quería ver a su tía pero ellos... a ellos si quería verlos ¿es que ellos a él no?

—Hola— dijo Yeonjun dejando una bolsa sobre la cama, sonrió—creí que te habían dejado salir porque no te vi en la cama.

—Hoy quería practicar algo nuevo.

—Eso es bueno—sonrió y se acomodó a su lado— me dijeron que hoy tendrás otra terapia con el doctor.

—Si, decidí hacer más terapias para poder salir mas rápido pero hay algo que quería pedirte

—Dime.

—Puedes decirle al doctor Xu que llame a mis padres? Es que quiero verlos— Yeonjun se tensó un poco— supongo que están muy preocupados, pero no tienen tiempo para venir.

—Claro, le diré aunque no te prometo que si vengan.

—Descuida, hace meses no vienen, solo quiero intentarlo— tomó otro poco de macarrones— ¿quieres? Son muy buenos los cocineros que hay aquí

Yeonjun tomó un poco de comida, tenía hambre ya que no había podido desayunar antes de salir de casa, el sabor realmente era bueno eso ni negarlo, sabía tan bien como la comida de su antigua escuela. Sus manos temblaban un poco, había corrido todo el transcurso pero no lo dijo, Soobin comprendió y lo dejó comer

Yeonjun se detuvo al recordar sus responsabilidades, estaba cuidando a alguien no al contrario, dejó el plato disculpándose.

—Come, estás temblando.

—Es mi responsabilidad que tu te mantengas alimentado y sano luego voy por un café al comedor del hospital.

Soobin asintió y volvió a tomar la cuchara pero esta vez la acercó a Yeonjun.

—Una tú y una yo de lo contrario no comeré nada— amenazó a lo que el enfermero aceptó, a fin de cuentas si tenía hambre.

—Cariño— dijo Soobin mientras ambos estaban sobre la cama y tomados de la mano en el aire midiendo de alguna forma los tamaños de ambas manos, Yeonjun sonrió y volteó a su rostro— dijiste que tenías hermanas ¿Qué hay de tu madre?

—Ella trabaja doble en una empresa y luego en un hospital por las noches, no puede cuidarnos del todo pero no me molesta hacerme cargo de mis hermanas y mi prima — sonrió con un poco de nostalgia.

—¿Tu prima?

—Es algo un poco complicado de explicar— su expresión cambió tanto como la luz que entraba por la ventana— ¿quieres salir un rato o esperarás al doctor aquí?

—Creo que es mejor salir ¿puedo ir a ver a Beomgyu?

—Claro, solo que si tiene visita no podemos ir con él.

Soobin asintió, Yeonjun se levantó de la cama repitiendo el de cabellos negros la acción, salieron lentamente tomados de la mano, Soobin antes odiaba el contacto, pero con Yeonjun, con él podía sentirse seguro en esa prisión, con aquel enfermero dulce y amable se sentía mejor que afuera de ese lugar.

Al llegar al jardín Yeonjun buscaba con la mirada a Beomgyu, Soobin hacía lo mismo, se suponía era hora libre para que los pacientes salieran a tomar aire y jugar un poco incluso.

Soobin notó a su amigo sentado en las piernas de un chico de cabellos oscuros, sonreía y lo abrazaba cariñosamente, ambos sonreían y el lindo castaño se hacía pequeño en sus brazos, un brillo que nunca en su vida había visto, suspiró pensando qué hacía con su vida en realidad.

—Oh, supongo que Beomgyu tiene visitas— dijo Yeonjun notando por fin al chico castaño, volteó hacia Soobin que parecía querer llorar— ¿estás bien Soobin?

—Podemos solo quedarnos en la habitación un rato?

—Claro, vamos— dijo Yeonjun, guio al chico de nuevo a la habitación.

Una vez allí Soobin se acomodó sobre la cama, su expresión era un poco decaída, recordaba el primer día que llegó, cuando Soobin estaba sin una expresión en el rostro y no decía nada, dolía volver a verlo así, era extraño pero de alguna forma Yeonjun sentía la necesidad de ayudarlo, de... curarlo.

Un pitido en su oído interrumpió todo, dolía como nunca antes, su cuerpo estaba un poco debilitado, quizá solo necesitaba un poco de música, trataba de controlarlo, no podía perder el control en su trabajo, se colocó la mano pasando los dedos por el hueco de su oreja pero simplemente dolía más.



+++


—Cariño, ¿estás bien?

—Si solo...— trataba desesperadamente de quitarlo, no podía— crees que...

—Puedes quedarte conmigo?

Su voz era casi un hilo sonoro, Yeonjun sentía el dolor dentro pero ver su mirada triste y el sonido suave de una voz dolida hacían que quisiera hacerlo, con cuidado quitó su mano, aún dolía, debía volver con el médico, se acomodó sobre la cama a un lado de Soobin que abrazó su cintura con cuidado.

—Te-gus-ta la mú-sica— dijo con dificultad, Soobin asintió. —Te molesta si traigo unos audífonos? —negó.

Yeonjun se levantó y gateó con un poco de dificultad hasta encontrar sus audífonos, los tomó y sacó su celular para luego volver con Soobin.

El paciente se acomodó de nuevo abrazando el pecho de Yeonjun dejando que este pasara su brazo alrededor de su cuerpo mientras encendía su celular y colocaba un poco de música, le entregó uno de los dos lados al de cabellos negros y la música empezó a sonar, era tranquila, un poco suave con ritmos buenos.

—Nunca la escuché— dijo Soobin.

—No? ¿y cómo estudiabas en la universidad?

—La razón por la que estoy aquí— el contrario sonrió con vergüenza— además no solía escuchar ruido porque según yo me desconcentraba.

—¿Entonces no te gusta? — su voz casi era puro balbuceo.

—Dije que no había escuchado no que no me gustara esta es buena.

Yeonjun sonrió, Soobin quería ver esa sonrisa más seguido, lo tenía decidido, se acomodó mejor y Yeonjun comenzó a peinar su cabello lentamente pasando las yemas de sus dedos luego por el cráneo, los suaves masajes no solo lograron dormir a Soobin sino también a Yeonjun que, al dejar de sentir el dolor se relajó de sobremanera con la suavidad del cabello ajeno y la calma que transmitía su ensoñación.

Different worlds soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora