Hoy os veréis lo que puede hacer mi preciado artefacto mágico
—Recuerda que no puede comunicarse con nadie a no ser que sea de carácter urgente y que el destinatario también posea un oráculo. —me recuerda.
Que mal, y yo que quería aprovechar para saber si mis patos siguen con vida.
Ya me encuentro en la torre de Hank y tengo frente a mí a la bola de cristal de la que me habló hace un rato. Él dice que es de cristal porque prácticamente está hecha de vidrio, pero tiene el mismo color de sus ojos. Violeta. Tiene un tamaño medio, ni tan pequeño ni tan grande. Y en la parte inferior hay una base plateada que la sostiene.
Hank y yo estamos en la sala principal y la esfera mágica reposa sobre la mesa. Tengo tanta intriga por ella que prefiero estar de pie.
—Pero sigo sin entender cómo se puede comunicar. ¿Acaso este objeto habla? —pregunto incrédula y Hank resopla.
—Eso es imposible. Simplemente la comunicación es telepática. —explica —La hechicera del rey Nuima se comunicó conmigo a través de la mente. Y antes de que preguntes... sí. Sí se puede hablar con la mente sin mover los labios. —como si me hubiese leído los pensamientos responde lo que pensaba preguntarle.
—Woouu. —emito asombrada.
—Y para que eso funcione se debe emplear magia y decir el hechizo. —frunzo las cejas, confundida. —De esta manera.
Se posiciona a mi lado y pone las manos a los lados de la bola sin tocarla y en un instante percibo una corriente de energía fluir a través de sus palmas. No veo aquella fuerza enérgica, pero sí la siento.
—Dixaje viu maj cumplois sua perioti... —no entiendo lo que dice, jamás había escuchado unas palabras tan raras. Ese idioma no lo conozco. —Enshen incuam on di enchianten yu lux Nuima.
Observo atentamente la bola de cristal. Pasan los segundos, pero no veo nada. De pronto, Hank retira las manos.
—¿Por qué no funciona? —le pregunto.
—Porque no es de suma importancia comunicarse con alguien y el oráculo lo sabe.
—Lo había olvidado. —me froto la parte trasera de la cabeza. —¿Y para hacer una pregunta también debéis decir esas palabras raras?
—No. Y no son palabras raras, es un hechizo que solo se realiza para cuando quiera comunicarme con otra persona. —especifica —Si algo malo llegase a suceder y quisiera comunicarme con alguien para pedir alguna clase de apoyo simplemente realizo los pasos, y cuando la esfera está transparente es porque ha funcionado. Si el oráculo destinatario es una persona, él o ella se encargará de comunicarlo a su amo, pero si es un objeto mágico brillará con intensidad y hará un tintineo en señal de que alguien quiere hablarle.
—Ya entiendo.
—No se necesita de ningún hechizo para preguntarle algo. Eso solo es necesario si es para la comunicación. —vuelve aclarar para poder entenderlo con más facilidad.
—¿Entonces puedo preguntarle algo y esta cosa me responderá? –lo señalo con los ojos.
—Así es, solo si las preguntas no son tan complejas. —frunce el ceño —Pero no le digas cosa. Esta bola se llama oráculo, así que trátala como tal.
Resoplo moviendo un mechón de mi cabello.
—Pero no se enoje. No era para tanto. —reprendo —La tratas como si fuese una persona.
—Aunque no lo creas es lo más importante que tengo. —bufa.
—Está bien. La trataré mejor. —pongo los ojos en blanco.
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UN TOQUE DE FELICIDAD
FantasiDescubrid ahora la magia que os brinda el mundo, los misterios que posee y lo dispuesto/a que estáis por descubrirlos todos. Los secretos escondidos en estas páginas son un pase para aventuraros a un mundo lleno de fantasía y un poco de detonación i...